Desde Simblia
Los extremos se tocan
Ambos buscan colonizar las instituciones que son la garantía de la democracia en sus respectivos países para que ejerzan sus funciones en su propio beneficio
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Iniciar sesiónA veces se dan situaciones que resultan verdaderamente llamativas por lo que tienen en común, pese a que las diferencias que existen son importantes. Ocurre, por ejemplo, con Donald Trump y Pedro Sánchez. Están muy alejados, casi podríamos decir que en las antípodas ideológicas - ... en el caso de Pedro Sánchez es difícil saber cual es su verdadera ideología-, pero tienen en común muchas más cosas de las que a primera vista pudiera parecer. Pedro Sánchez no es de fiar porque, según sus propias palabras, cambia de opinión y lo hace con mucha frecuencia y sus cambios de opinión no se producen sobre cuestiones sin importancia, que podemos considerar poco menos que baladíes. Cambió de opinión sobre la posibilidad de formar un gobierno con Podemos; dijo que le quitaría el sueño. Cambió de opinión respecto a alcanzar algún acuerdo con Bildu y, para que quedara claro, lo repitió muchas veces. También dijo que traería a Puigdemont para que respondiera ante la justicia y amnistió a los golpistas catalanes. Y muchas otras cosas en las que, según él, ha cambiado de opinión.
Otro tanto ocurre con las afirmaciones que realiza el presidente estadounidense Donald Trump. Afirmó que aclararía todas las circunstancias del caso Epstein sobre la red de tráfico sexual. Impone unos aranceles a los productos que han de entrar en Estados Unidos, que modifica, al alza o a la baja, en los días siguientes. Firma un acuerdo comercial con la Unión Europea que pone en cuestión, pocos días después, con un mensaje en las llamadas redes sociales. Sus cambios de opinión sobre la Guerra de Ucrania van de abrazar a Putin a amenazarlo con duros castigos con tal de que la paz que busca en esa guerra -dicen que para que se le otorgue el premio Nóbel de la Paz- y que iba a conseguir en veinticuatro horas, sea una realidad a costa de Ucrania, el país agredido por el sátrapa ruso.
Ambos buscan colonizar las instituciones que son la garantía de la democracia en sus respectivos países para que ejerzan sus funciones en su propio beneficio. Lo último de Trump, por ahora, ha sido atacar a quienes dirigen la Reserva Federal porque no se pliega a mover los tipos de interés según sus deseos. Lo de Pedro Sánchez con el fiscal general del Estado -nombró a quien había sido su ministra de Justicia- es una muestra de ello cuando afirmó que si era el quien lo nombraba… O que afirme que está dispuesto a gobernar sin el Parlamento.
En fin, que, como se asegura en un viejo adagio -en el sentido de sentencia breve-, los extremos se tocan.
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