ONCE
Así han vuelto al colegio los 127 escolares ciegos que hay en Córdoba
Con 200 años de historia, este código táctil de lectura sigue siendo clave para que los alumnos invidentes participen plenamente en la vida escolar
Braille desde el primer biberón
Córdoba
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Iniciar sesiónCon mochilas cargadas de libros en braille, tecnología adaptada y la ilusión de un nuevo comienzo, un total de 127 estudiantes ciegos o con discapacidad visual grave en Córdoba se enfrentan estos días al inicio del curso escolar. La gran mayoría, el 99%, lo ... hace en centros de enseñanza ordinarios, gracias a un modelo de educación inclusiva que cuenta con el respaldo de los equipos de atención educativa de la ONCE.
En Andalucía, la cifra asciende a 1.721 alumnos y alumnas en todas las etapas educativas, acompañados por 124 maestros especializados en colaboración con la Consejería de Educación y Formación Profesional de la Junta de Andalucía.
En este contexto, aprender a leer y escribir se convierte en algo más que un derecho: es la llave de la autonomía. Para los escolares con ceguera, el braille no es solo un código de puntos en relieve, sino el medio que les permite leer, escribir y aprender de forma independiente.
Este curso llega además con un motivo especial: se cumplen 200 años de la creación del braille, un aniversario que recuerda la vigencia y la fuerza de este sistema como puente hacia el conocimiento, la cultura y la igualdad de oportunidades.
«Promover su aprendizaje en las aulas es apostar por una educación verdaderamente inclusiva», subrayan desde la ONCE, que insiste en que el braille debe convivir en los centros al mismo nivel que el código en tinta.
Detrás de cada libro de texto que llega a las manos de un estudiante ciego hay un trabajo silencioso del Servicio Bibliográfico de la ONCE (SBO), que se encarga de transcribirlos al braille. Lo mismo ocurre con mapas, gráficos o maquetas, elaborados en relieve o incluso en 3D, para que ningún contenido quede fuera de su alcance.
Desde la primera infancia, los escolares se acercan al sistema gracias a 'Braitico', un método diseñado por la ONCE que combina el aprendizaje manipulativo con los primeros contactos tecnológicos. Sus módulos acompañan al niño desde las primeras exploraciones táctiles hasta la consolidación de la velocidad lectora y la comprensión de textos más complejos.
La tecnología también ha abierto nuevas puertas: dispositivos adaptados y juegos accesibles amplían las posibilidades de los alumnos y facilitan su plena participación en la vida escolar y social.
Red de apoyo multidisciplinar
La inclusión, sin embargo, no se sostiene solo en materiales o métodos. Requiere personas. Y ahí entran en juego los equipos específicos de atención educativa, formados por docentes de la ONCE y de la Administración que visitan los centros para asesorar, acompañar y ofrecer recursos.
Más de 400 profesionales en toda España -124 en Andalucía y en Ceuta y Melilla- integran esta red. No solo hay maestros: también psicólogos, trabajadores sociales, técnicos de rehabilitación, instructores de braille y tiflotecnología, animadores socioculturales y mediadores para el alumnado con sordoceguera.
Todos ellos contribuyen a un mismo objetivo: que los estudiantes ciegos crezcan en igualdad de condiciones, con las mismas oportunidades que sus compañeros, y con la confianza de que el braille sigue siendo, dos siglos después, un aliado imprescindible para construir futuro.
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