Córdoba y Lugo comparten virtudes y defectos

De primeras, el partido ha sido lo que se trazaba en las pizarras. Es decir, dos equipos dispuestos a la pelea por el balón, por la posesión y las combinaciones. Y en esas alternativas ha transcurrido la primera parte. Con todo, los primeros minutos sólo han registrado dos intentos con poco tino por parte de Pedraza , muy respaldado por el paisanaje de San Sebastián de los Ballesteros, y de Luso. Uno por bando.

Y así ha seguido el partido hasta que en el minuto 18 ha habido un momento que lo ha reactivado. Pedro Ríos corría a por un balón que lo podía dejar solo ante José Juan y había sido derribado por Marcelo en una carga. Sin embargo, Pulido Santana no vio una falta en una ocasión manifiesta de gol. Y eso ha activado a la grada de El Arcángel y también a los jugadores del Córdoba, puesto que Rodri aprovechó la siguiente llegada al área para hacer el primer gol con un remate al empalar un balón que llovía desde el cielo. Por cierto, que Pedro Ríos fue sustituido por Guille Donoso al no recuperarse de la mencionada acción.

En todo caso, el partido subió en intensidad y Joselu, uno de esos ex blanquiverdes, estuvo cerca de la igualada. Pero Kieszek estuvo firme y, en parte, hizo olvidar el error de Murcia. Incluso, el Córdoba CF llegó a rozar el segundo con una ocasión múltiple de Alfaro y Donoso, a quienes les faltó instinto a pocos metros de la portería. Y así se sucedió el intercambio de golpes en una y otra área. Con todo, el Córdoba dejaba la sensación de ir perdonando demasiado. Porque siempre se quedaba en el «uy» cada vez que visitaba a José Juan, ya que los riesgos de la defensa del Lugo rozaban lo excesivo. Pero cuando todo apuntaba a un 1-0 complaciente en el descanso, el Lugo, en una transición, empató tras un disparo raso de Campillos, en el que pudo hacer más Kieszek.

Tras el descanso, los mismos protagonistas. Pero el desenlace fue distinto, puesto que un testarazo de Campillos tuvo una mano antológica como respuesta del meta polaco. Poco después, apretaba el Córdoba e incluso se le pidió un penalti a Pulido Santana por manos. Fue el preámbulo del que sí pitó en el minuto 49 de Marcelo por otra aparatosa carga sobre Deivid. El encargado de ejecutar la pena fue Rodri y el soriano confirmó que era su noche. Puso el 2-1.

De nuevo, el Córdoba CF debía gestionar su ventaja. Pero no supo hacerlo. Porque si el Lugo ofrecía debilidades atrás, la defensa blanquiverde se contagió. En un lance extraño, Joselu terminó una jugaba a trompicones de Campillos para poner el empate. Es decir, un volver a empezar. Aun así, Rodri rozó el tercero. Pero no sucedió. Así que tocaba remar.

Pero el Córdoba CF se ahogó. De hecho, el Lugo parecía estar más entero y tuvo ocasiones hasta que Miquel, a la salida de un córner (2-3), batió la portería de Kieszek. Entonces, Oltra buscó a Piovaccari como solución y la grada miró al palco planteando que «¿dónde están los millones?».

Desde ese momento, el Córdoba entró en descomposición. Por su parte, Sampedro optaba por proteger a su equipo, acostumbrado en esta Liga a llevarse disgustos tras ir con ventaja en los tramos finales de los partidos. En cierto modo, el reloj jugaba en contra de los dos. Al final, Juli empató a tres tras un penalti al italiano.