Alex Quintanilla, el ingeniero intocable del Córdoba CF

Quintanilla no es un jugador al uso. El central vasco se formó en las categorías inferiores del Portugalete y del Athletic, aunque nunca tuvo la fortuna de debutar en el primer equipo. Siguió la estela de su padre Fernando Quintanilla . Txirri, que sí tuvo el privilegio de jugar en San Mamés. De tal palo tal astilla. Alex Quintanilla también prefirió el balón, aunque sin renunciar jamás a nada.

De hecho, el defensa tiene una formación impecable. Es Ingeniero Industrial . Tiene el techo universitario que le falta a una gran parte de los jugadores, aunque, afortunadamente, los futbolistas también están cada vez más preparados. Los ejemplos de licenciados se multiplican en el fútbol profesional, a pesar de la dificultad de compaginar trabajo, viajes, rendimiento y estudios.

La carrera le ha servido para abrirse paso en el mundo empresarial. Quintanilla es propietario de dos empresas . Enegas y Bizkargi Gestión le esperan a pleno rendimiento cuando, probablemente dentro de muchos años, decida colgar las botas. En cualquier caso, Alex defiende a capa y espada la dificultad de ser futbolista. Desliga a los obreros del balompié del tópico de joven, con dinero y apartado de la realidad social.

Cada vez que le preguntan, la última vez en la sala de prensa del estadio El Arcángel, confiesa que para él «es más difícil ser futbolista (profesional) que ingeniero» o empresario. A su juicio, la presión social y mediática más la necesidad de unas condiciones físicas y mentales, así como la falta de privacidad, hacen más complicado ser jugador de fútbol que liderar las ideas de una empresa o dirigir un grupo de ingenieros para un proyecto.

En el fútbol, como en la vida, los pequeños detalles pueden ser decisivos. Su llegada al Córdoba CF son de esas cosas que marcan el destino. Posiblemente, ni él sea consciente de lo que sucedió. Un anécdota curiosísima. En el último día del mercado de enero, llegó una lluvia de fichajes. Los últimos eran Franck Bambock y Alex Quintanilla . El retraso del primer vuelo que pudo tomar el pivote desde Holanda, donde jugaba, hizo que la solicitud de la inscripción del central en LaLiga llegase antes. La patronal la admitió. Horas más tarde, llegó la inscripción de Bambock a LaLiga, ésta la desestimó porque se había superado el límite salarial.

El Córdoba CF , con esa situación final, lo fichó en enero de 2018. Quintanilla había vivido la peor cara del fútbol previamente. No fue una lesión. Fue quedarse en paro . Finalizó su etapa en el Almería en junio de 2017 y nadie lo contrató. Estuvo siete meses sin jugar. Entrenando solo. Mucho peor de una lesión. Del Bilbao Athletic había pasado por el Alavés, por el Valencia Mestalla, el Almería, el Mirandés y vuelta al Almería.

Quintanilla pasó del paro a la historia del Córdoba CF y casi del fútbol nacional. Nadie antes había conseguido levantar 13 puntos de diferencia con la zona de permanencia en el fútbol profesional. Lo hizo en un vestuario del que participó seis meses. Además, fue protagonista a lo grande. Marcó dos goles decisivos en las dos últimas jornadas en las victorias ante el Reus (1-2) y frente al Sporting (3-0).

Alex Quintanilla , ahora intocable para Sandoval (pleno de ocho partidos y 720 minutos), ya lleva 21 partidos oficiales como blanquiverde. Todos como titular. 19 completos. Con 1825 minutos jugados, siete amarillas y dos goles. Un ingeniero del fútbol .