El capitán de las maniobras de Cerro Muriano declaró que ordenó «la línea de vida» y «alertó a la ambulancia»

Sin embargo, esta primera declaración, a la que ha tenido acceso ABC, se suma a un informe elaborado por el capitán pero que el instructor de la Guardia Civil envía en sobre cerrado al Juzgado de Instrucción porque «su contenido podría hacer alusión a aspectos que perjudicasen su futura defensa por haber indicios de posible responsabilidad penal y al no haberle sido advetido de sus derechos«.

En cualquier caso, en su primera declaración, el mismo día de los hechos, apenas horas después del rescate de los dos cuerpos en el interior del lago artificial de la base militar el capitán aseguró a preguntas de la Policía Judicial que los participantes en ese ejercicio llevaban desde el día 18 de diciembre de maniobras ininterrumpidas en el campo de maiobras.

Que el día de los hechos habían salido del VIVAC (tiendas de campaña donde pernoctar) y a las 5.00 horas se inició el ejercicio que consistía en avanzar por el campo, con dos procedimientos, uno avanzar por subterráneo y otro de vaadeo, consistente en cruzar un lago estanco y flotar con la mochila utilizada como método de flotación.

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«El ejercicio del subterráneo comenzaría sobre las 7.00 horas de la mañana finalizó sin incidentes sobre las 9.00 horas», señaló a los agentes de la Guardia Civil.

En cuanto a cómo se inició el ejercicio, el capitán explicó a la Policía Judicial que antes de entrar las dos secciones al lago «se quitan el chaleco antifragmentos, lo dejan en un camión que auxilia los ejercicios y la ropa de abrigo se la quitan y la meten la mochila para que ésta flote aún más«.

Cuando están todos listos, el teniente que mandaba la primera sección que iba a hacer el ejercicio explica a todos la prueba y fue él como capitán quien les pregunta a todos si saben nadar. Acto seguido, todos dicen que sí saben y comienza el ejercicio.

El ejercio empezaba de cinco en cinco militares, primero entra un teniente. Se avanza en paralelo a la cuerda. Después del teniente entró en hilera el primer pelotón de unos 15 soldados, acompañados por un sargento y el cabo Miguel Ángel Jiménez -uno de los dos fallecidos-, y un soldado experimentado.

En cuanto entraron en el agua, el capitán dijo a la Policía Judicial que vio que dos soldados no tenían soltura en el agua. Una vez que el el pelotón estaba avanzando a la otra orilla, según la declaración del capitán ante los agentes, «es cuando comenzó a escuchar gritos ininteligibles, sacó del agua al segundo pelotón, y es cuando se da cuenta de que el último soldado, del primer pelotón que entró en el agua, tiene problemas para flotar«.