Bocetos y obras preparatorias: la maestría de Julio Romero de Torres entre bambalinas

Este mismo otoño han salido dos obras a la venta en Madrid, con la curiosidad de que no se trata de lienzos sino de bocetos previos que realizó el artista, algo no excesivamente frecuente en su legado y por ello mismo singulares y valiosos.

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Uno de ellos, titulado 'Boceto de joven', lo sacó a subasta la casa Ansorena, una acuarela que la especialista Mercedes Valverde ha catalogado como un posible boceto para la obra titulada 'Panneau' o 'Paisaje abierto al barandal de la Ribera', que actualmente es propiedad de la Fundación Santander.

El otro, un óleo sobre cartón subastado en Segre, es un estudio preparatorio del lienzo 'Crepúsculo', original de grandes dimensiones que hoy integra los fondos de la colección del Real Casino de Madrid.

El interés que entre los coleccionistas y los medios especializados han despertado estos bocetos demuestra que la obra de Julio Romero de Torres sigue siendo un valor seguro en el mercado, lo que lo sitúa como uno de los clásicos de la Edad de Plata española a una altura de repercusión y vigencia a la que alcanzan muy pocos artistas de ese periodo.

La subasta de estos 'cartones' también pone el foco sobre algo de lo que se ha escrito menos: el método de trabajo del pintor. La especialista Mercedes Valverde, directora durante años de los museos municipales y biógrafa del artista, explica que la línea de bocetos, a los que ella denomina «composiciones previas a grandes cuadros», eran pruebas iniciales realizadas sobre cartón o papel grueso. «Son las primeras ideas para los grandes proyectos», explica.

Valverde destaca algunos casos como el que existe en el Museo Thyssen de Madrid como estudio preparatorio de la gran obra 'Poema de Córdoba', cedido actualmente en el museo malagueño de esta institución. «En esa composición previa, que es muy diferente a la obra final, se puede estudiar como en origen puso a Almanzor, Maimónides, Séneca, Góngora o Lagartijo y en el centro se intuye un Triunfo de San Rafael, aunque lo que hizo al final fue algo muy diferente», como explica.

Según explica Valverde, todos son pequeños cartones sin previa preparación y no se deben considerar «obras concluidas ni confundirse tampoco con los apuntes que tomaba del natural, como los que hizo durante su viaje a Tánger, ni con los cuadros abocetados o los que se quedaron sin terminar».

«Estos bocetos los hacía cuando tenía que afrontar grandes composiciones para ir desarrollando esas primeras ideas que a menudo se transformaban en la obra definitiva», aclara la máxima experta en el pintor.

Otros bocetos de Romero de Torres muy interesantes y que se encuadran en esa fórmula de trabajo del maestro se encuentran en Córdoba, en los fondos que atesora el Museo de Bellas Artes de la Junta de Andalucía. Son estudios preparatorios de obras tan extraordinarias como 'La consagración de la copla', uno de los cuadros que más fama le dieron por su ambiciosa composición de estilo renacentista y cuyo boceto también muestra importantes diferencias con el resultado final de esta obra de 1912.

También de cuadros en los que pintaba a familias al completo y que por lo tanto le requerían una organización previa, como ocurre con 'La familia Casana' o 'La familia Basabe'. En este caso se trataba de grupos de retratos casi siempre con adultos y niños que le llegaban por encargos que le realizaban algunas familias burguesas de Córdoba y Madrid, algo que fue frecuente en los años 20, una vez se consagró y su fama incluso trascendió fronteras.

En este caso los bocetos también le servían a Romero de Torres para explicarles el planteamiento a los posibles clientes, por lo que en las composiciones finales hay muchas menos diferencias en cuanto a disposición espacial que las que existen en los bocetos de 'Poema de Córdoba' o de 'La consagración de la copla'. Los bocetos lo que demuestran en todos los casos es la minuciosidad de un artista que con igual cariño y pulcritud trataba su obra personal que los encargos que le hacían.