primera plana
Héroes sin medalla
Colectivos como Acpacys, se merecen tantos oros como Simone Biles por la labor que realizan
Las ganas de progresar vencen ante la parálisis cerebral: «Es para darle las máximas posibilidades a ella»
Carmen haciendo sus ejercicios en el innovador bipedestador de Acpacys
Son éstos días en los que, con las Olimpiadas, dejamos a nuestros sentimientos correr al ritmo que Noah Lyles devora los cien metros lisos en París. Nos derrotan las lágrimas de Carolina Marín; nos gana el hambre de Alcaraz, al que, pese a su ... deslumbrante porvenir, le sabe a poco su plata ante el gigantesco Djokovic; nos derrumbamos con el hundimiento súbito de Rahm; nos noquea la eliminación de nuestro Rafa Lozano Jr a las puertas de la gloria o saltamos como locos con el oro de Botín y Trittel en vela. El deporte es una imitación de la vida. Como ésta, lo tiene todo: alegrías, tristezas, crueldad o ejemplos a seguir. Por eso es lógico que nos fascine.
Pero todo lo escrito es sólo la liebre con la que quiero lanzar el grueso de esta columna. Realmente está dedicada a unos héroes cotidianos sin medalla que me han disparado al corazón con la precisión con la que lo haría Fátima Gálvez. Este lunes, ABC publicó un magnífico reportaje sobre la adquisición por Acpacys de un bipedestador para niños y adolescentes con parálisis cerebral y afecciones similares. Ofrece grandes ventajas a los pequeños: la mejora de la postura; la reeducación de la marcha o la estimulación psicológica y emocional de quienes no tienen la capacidad de andar de forma autónoma. Es una terapia robótica pionera puesta a disposición de un centenar de niños.
En las páginas de nuestro periódico, pudimos conocer a una de ellas, Carmen de tres años, y a su madre, María del Carmen, que desde El Carpio hace más kilómetros que Evenepoel para darle a su hija todo aquello que la pueda ayudar en su desarrollo: las sesiones del bipedestador, logopedia o terapia ocupacional. Familias como la de Carmen tienen una plusmarca de tesón, sacrificio y esfuerzo que las debe poner en lo más alto del podio de nuestra sociedad.
Ahí, también tienen que estar colectivos como Acpacys, que se merece tantas medallas de oro como Simone Biles por la labor que realiza. Y puestos a repartir preseas, también hay que darle una a la Diputación de Córdoba, que ha aportado los 25.000 euros que ha costado esta innovadora herramienta robótica.
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