Perdonen las molestias
Bienvenidos a otoño
No sabemos cuál es el estado civil del señor Dorado. Solo sabemos que las llaves de Capitulares están en manos de la señora Badanelli
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Córdoba
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Iniciar sesiónEl señor Dorado, concejal de cualquiera sabe en el Ayuntamiento de Córdoba, nos recuerda a Robinho. Aquella joya brasileña, llamada a ser el sucesor de Pelé, que se adornaba tanto en el regate que acababa driblándose a sí mismo. En los últimos ... días de agosto, el ya exportavoz de Ciudadanos nos regaló una galería de gambetas y autopases en el área chica de Capitulares para enmarcar.
Nos gustó mucho la cola de vaca que se marcó cuando ya todos creíamos que enfilaba directo con la pelota hacia el grupo no adscrito. Con la velocidad del relámpago, revocó su renuncia y dejó a la grada con la boca abierta. El detalle técnico fue la hostia en verso. Una finta celestial que nos evoca a aquella otra de Romario cuando paró el universo en el Camp Nou y dejó sentado sobre el césped al pobre de Rafael Alkorta, que aún estará cogiendo moscas en alguna parte del cosmos.
Hasta que no llegó Romario a España no habíamos visto nunca el milagro de la cola de vaca. Exactamente igual nos ha pasado ahora con el señor David Dorado en Córdoba y su prodigiosa revocación de la renuncia. Regates así se ven pocos en una ciudad de provincias. Por esa razón, el público se puso en pie y agitó los pañuelos al aire en señal de felicidad absoluta. Menos gracia les hizo a la señora Albás y al señor alcalde, que no paran de contar concejales en estos días turbulentos del mes de septiembre.
Lo que nadie esperaba es que el señor Dorado, tras la cola de vaca, se tirara un caño monumental, renunciara al acta de concejal, abandonara el partido y se pasara el grupo no adscrito. Ahí se cayó la grada. Ni la organización regional de Ciudadanos pudo hacer nada para evitar el enésimo regate, por mucho que hubiera mandado a dos sicarios a Córdoba para poner orden en el pacto de Gobierno.
A día de hoy, aún no sabemos cuál es el estado civil del señor Dorado. Solo sabemos que, si no hay un nuevo giro inesperado de guion, las llaves de Capitulares están en manos de la señora Badanelli. Que, como defensa central de raza, no se anda con paños calientes. Así que bienvenidos a otoño.
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