Los bajos precios y la caída de la producción marcan el campo cordobés

También fue un año lastrado por la caída del consumo, lo que, a juicio del presidente de Asaja, «ha provocado muchos agujeros en la ganadería». En este sentido, recordó cómo los precios del bovino aumentaron un 23%, pero se vieron neutralizados por la caída del consumo de carne. El censo de vacas nodrizas también cayó, así como el número de explotaciones. En Córdoba se rondan las 48.000 vacas reproductoras, el 23% del censo andaluz.

Y para colmo, en la recta final del año aparecieron los brotes de lengua azul, que dejaron en evidencia la mala planificación de la Junta, que no había previsto tal incidencia y no había sacado vacunas al mercado.

En cuanto a la agricultura, solo se salvó la campaña del olivar 2013/14, que fue «excepcionalmente buena», con una producción de 1.781.500 toneladas de aceite, lo que supone un aumento del 188% respecto al año anterior. Además, la comercialización batió su récord histórico debido al fuerte incremento de las exportaciones, un 75% más que en la campaña 2012/13.

En cuanto a la campaña ajera, esta cerró 2014 con un descenso de superficie plantada de un 10%. Pese a la calidad del ajo, la cosecha final disminuyó en Córdoba en torno al 10 por ciento, debido fundamentalmente a la bajada de la superficie y a las altas temperaturas de «abril y mayo, que repercutieron negativamente en el tamaño del ajo», señaló el presidente de Asaja.

Los vinos de Montilla-Moriles también fueron menos rentables, al disminuir los precios en torno a 30 céntimos el kilo de uva blanca y 25 céntimos la de tinta. La producción final fue de 7,5 millones en tinta, un 18 por ciento menos que la campaña anterior; y la de blanca se situó en 47 millones de kilos (-15%).