Valores maristas

En 1986, con motivo del centenario de la llegada de los hermanos maristas a España, se editaba un libro que narra en viñetas la vida de San Marcelino Champagnat, fundador de esta congregación religiosa católica. En su introducción se nos dice que Champagnat fue un ... hombre que inauguró una nueva forma de vivir el Evangelio, una nueva forma de ser cristiano, con unos valores y principios que son tan importantes, si no más, que la formación educativa y académica que puedan recibir nuestros hijos: Educación religiosa («Somos sensibles a las necesidades de la juventud, sobre todo la ignorancia religiosa»), devoción a María («Es el camino que nos lleva a Jesús»), humildad, sencillez y modestia («Fomentemos en nosotros la autenticidad. Hacemos el bien sin ruido»), espíritu de familia («Somos una gran familia hecha de amor, perdón, ayuda, olvido de sí y alegría»)… En estos tiempos en que los partidos de izquierda pugnan incansablemente, como en el pasado, con la Iglesia –tras el respiro a la Catedral parece que le toca ahora a la Monarquía– y todo lo que les parece conservador y añejo, por nocivo, sin avergonzarles la mochila pesada de los comportamientos inmorales y delictivos de muchos de sus integrantes –la derecha tampoco se libra–, el Cervantes, fundado en 1933 con este nombre para cumplir con la legislación republicana que prohibía a las órdenes religiosas poseer centros de enseñanza, nos da toda una lección de honestidad sobreviviendo, frente a los colegios públicos y como el resto de colegios concertados, con el esfuerzo personal y económico de sus docentes y padres de alumnos. Este jueves, y hasta el sábado, comienza la semana marista, con todo tipo de actividades para los peques y no tan peques y con precios anticrisis.