Sumarios judiciales al alcance de todos

En el vestíbulo de acceso a la sala de vistas, las paredes están tapizadas de estanterías y armarios, todos ellos plagados de carpetas con archivos y papeles. Amontonadas en el suelo , decenas de cajas precintadas y cientos de carpetas con sumarios al alcance de todo el que pase por allí.

Aunque para acceder a las dependencias hay que pasar un arco de seguridad convenientemente vigilado por un profesional, las personas que pueden entrar en el juzgado son muchas y variadas, desde abogados y procuradores hasta ciudadanos afectados por una investigación judicial. Cualquiera de ellos puede acceder con facilidad a información considerada secreta y que debería estar convenientemente clasificada y vigilada. Los carteles que cuelgan de las paredes revelan la falta de medios —«No a los recortes en Justicia, menos medios, más atasco y peor justicia»— y también la falta de personal: «Seguridad no es información».

Los vigilantes de seguridad se quejan que a veces son ellos los que tienen que informar al público cuando no es su cometido. Sin embargo, estas mismas personas desatienden en ocasiones su puesto de trabajo, como ha podido comprobar ABC.

Durante varios minutos, no hay nadie en la entrada y el arco de seguridad está completamente desatendido. Cuando regresa a su puesto, el vigilante dice que el archivo está tirado en el suelo «porque no hay otro sitio».