El PSOE ahonda en su mayor crisis de liderazgo desde 2000

El aún líder socialista aspira a agotar la legislatura en Moncloa y garantiza a Chacón opciones en unas primarias

El PSOE ahonda en su mayor crisis de liderazgo desde 2000 ÁNGEL DE ANTONIO

GABRIEL SANZ

José Luis Rodríguez Zapatero anunció ayer su adiós como candidato socialista para las próximas elecciones generales, pero por el momento mantiene su compromiso de agotar la legislatura en la Moncloa hasta 2012. Su anuncio, al que le habían empujado sectores del partido en las ... últimas semanas —especialmente «barones» críticos como José María Barreda y Guillermo Fernández Vara—, que habían llevado su presión al límite para que Zapatero aclarara su futuro y acabase con la creciente incertidumbre, abre en el PSOE su mayor crísis de liderazgo desde el año 2000, cuando Joaquín Almunia renunció tras la derrota frente a José María Aznar.

A pesar de que Zapatero ha querido dejarlo todo atado en el proceso de sucesión —incluso, que esté resuelto a 1 de septiembre—, desde ayer se abren en el PSOE numerosas incógnitas, la primera de las cuales es cómo se elige a su sucesor, si por un proceso de primarias o acudiendo a la fórmula de un congreso, habitualmente más conflictivo. «Ha sido muy de su estilo: anuncio mi marcha como pedís (barones) pero la sucesión la organizó yo; con primarias, no en un congreso adelantado». Así resume para ABC lo ocurrido un destacado miembro del Comité Federal. En el lenguaje de gestos que domina el debate sucesorio, otra clave de lo ocurrido ayer es que Zapatero ha venido a garantizar que la ministra de Defensa, Carme Chacón, pueda disputar a Alfredo Pérez Rubalcaba la candidatura a la Presidencia del Gobierno.

Pero más allá de los llamamientos a la «unidad» de unos y otros, ayer ya se pudieron palpar en la sede de Ferraz diferentes opiniones al respecto. Por ejemplo, el lendakari, Patxi López, que declara abiertamente su apuesta por Rubalcaba , instó a puerta cerrada a «elegir lo que suma, no lo que divide». Su «número dos», José Antonio Pastor, para que no cupieran dudas, aclaró a los periodistas que el PSE no quiere más de un candidato. Y el balear Francesc Antich lo mismo. Minutos después, el secretario general del PSM, Tomás Gómez. diría que las primarias «son una fábrica de liderazgo» y que el PSOE «cree en la democracia interna».

Curiosamente, y a pesar del episodio con Trinidad Jiménez que separó a ambos el pasado verano, Zapatero empleó ayer para realizar su anuncio el mismo lenguaje de Gómez: «tenemos que sentirnos orgullosos de elegir democráticamente, lejos de sentir vértigo», explicó el presidente del Gobierno, «porque unas primarias dan seguridad a los ciudadanos. A la sociedad le gusta que elijamos democráticamente». El todavía líder socialista intentó animar a un auditorio de barones temeroso por la desastrosa experiencia de Joaquín Almunia-Josep Borrell en 1998 , que acabó con una mayoría absoluta de José María Aznar en 2000: «No hay que tener vértigo (a las primarias). El vértigo lo tienen que tener Mariano Rajoy y el PP, que tienen una interpretación muy «sui generis» de la democracia por cómo elige a sus candidatos». Antes había señalado que «el mecanismo del «dedazo» simplifica mucho las cosas, pero no es el nuestro ni el de la mayoría de la sociedad española». Nadie puede esperar de él «otra cosa», advirtió en clave a quienes apuestan en el PSOE por una elección de Rubalcaba sin primarias. Tendrán que respetar los «procedimientos».

«Cerebro femenino»

Luego, a puerta cerrada, se permitiría una broma que también dio lugar a lecturas sucesorias. Llegó a decir que el PSOE «tiene inteligencia y cerebro femeninos, y puede hacer tres cosas a la vez». Y concluyó con un «soy secretario general y voy a ejercer», de advertencia al «aparato», por si tiene la tentación de maniobrar contra las primarias convocando el XXXVIII Congreso Federal en julio, con un año de adelanto. Ese es el escenario idóneo para un Rubalcaba que tiene mayoría orgánica de sobra.

Sus escollos son que Zapatero no está dispuesto a adelantar ese congreso y que Chacón puede conseguir los 30.000 avales —10% de la militancia de toda España— necesarios para competir. Además, ese escenario de congreso adelantado (técnicamente no sería extraordinario), que convocaría el Comité Federal del 28 de mayo que organizará, a priori las primarias, choca con el temor de muchos barones. Si pierden el 22-M sus federaciones pueden pasarles factura en los «congresillos» respectivos para elegir compromisarios al XXXVIII Congreso. Sin embargo, algunas fuentes de la Dirección Federal ya reconocían ayer que el escenario de la guerra por la sucesión está abierto y nada está descartado.

Zapatero justificó su gestión de los tiempos en que «lo mejor era hacerlo ahora, también para poner fin a lo que se percibía como una incertidumbre que nos podía acabar distrayendo de nuestra tarea principal, que es desarrollar las reformas y consolidar la recuperación económica».

No obstante, si el resultado del 22-M es malo, los apoyos del vicepresidente presionarán, con mucho partido a favor, para que el día 28 se abra un proceso rápido de nominación sin primarias. Algo contrario a lo que defiende Zapatero, que ayer dio por seguro que habrá un ganador y un perdedor. Pidió «voluntad integradora para sumar, para valerse de todos como mejor forma de servir a nuestro partido y a sus ideales».

Ahora, al PSOE se le abre un horizonte de «incertidumbre», como reconocían en privado varios consultados, porque aunque Zapatero dice que ya ha iniciado los «contactos» con PNV y CiU para que le aprueben los Presupuestos 2012, nada garantiza que pueda aguantar la presión del PP para adelantar elecciones generales. Además, hay que sumar un panorama de guerra en Libia con tropas españolas y unas elecciones anticipadas en una Portugal que sigue en riesgo de «rescate» por parte de la UE.

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