Zapatero utiliza la crisis del PP y pide a Rajoy que «no la pague» con él
Exige que Gallardón disminuya deuda por «coherencia» con el discurso de austeridad
A pesar de que sus asesores se habían hartado de pronosticar que el presidente del Gobierno no utilizaría los problemas judiciales del PP contra Mariano Rajoy, fue lo primero que hizo cuando se subió a la tribuna de oradores para replicar a los grupos parlamentarios. ... José Luis Rodríguez Zapatero, que llevaba tres horas aguantando en su escaño la «leña» de todos los grupos, en especial de un Rajoy desinhibido en la crítica económica, se arrancó con el mismo tono condescendiente que usó el pasado lunes. Entonces le pidió «temple» frente a los casos de corrupción.
Ayer, insistió por esa vía. Con un tono pausado dijo comprender que Rajoy llegara «cargado» y «con mucha agitación» tras el shock de las detenciones de empresarios vinculados al principal partido de la oposición y las posteriores dimisiones políticas. Pero «no las pague conmigo», zanjó en medio de los aplausos de su grupo. A partir de ahí, el jefe del Ejecutivo, exigió a líder de la oposición «coherencia» para, si habla de austeridad en el gasto público, convenza a los alcaldes de Madrid y Valencia a fin de que esos disminuyan la deuda.
Recordó que el consistorio de Alberto Ruiz-Gallardón, que se ha convertido en uno de los principales objetivos políticos a abatir en la sede de Ferraz, tiene una deuda de 6.496 millones de euros, el 26 por ciento del conjunto de todo lo que deben los ayuntamientos y una cifra muy superior al conjunto de la deuda del resto de capitales de provincia.
El líder socialista afirmó que «no hay más alternativa para crear empleo» que hacer planes como el Fondo Estatal de Inversión Local, dotado con 8.000 millones de euros, para dar trabajo a 300.000 personas. Y sobre el tamaño de los carteles, que ha denunciado el PP por su alto coste (61 millones), el presidete del Ejecutivo ironizó: «Así que no les gustan esos carteles, pero los de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, sí».
Niega los engaños
Gran parte de su segunda intervención se centró en desmontar la «pertinaz tendencia» de Rajoy a acusarle de haber engañado a los ciudadanos y recordó cómo el propio programa electoral del PP en las generales prometía empleo (2,2 millones) y un crecimiento económico «igual que el que preveían todos los organismos internacionales». La media de todas las previsiones -insistió- pronosticaban hace un año que España crecería un 2,8 por ciento. Nadie podía sospechar que ocho meses más tarde entraríamos en recesión. ¿«Engañaban también el conjunto de los economistas o, simplemente, hicieron previsiones que finalmente no se cumplieron».
«Pura retórica». Así calificó el presidente del Gobierno la petición de Rajoy de reformas estructurales sin concretar en qué consisten. En este punto, el líder socialista le retó a decir la verdad: que el PP quiere recortes en los derechos de los asalariados, y le pidió «encarecidamente» que no volviera a mencionar la posibilidad de que la Seguridad Social vaya a tener problemas, porque el Fondo de Reserva ofrece garantía del pago de pensiones en los próximos años sin ningún problema.
Oídos sordos
El jefe del Ejecutivo hizo oídos sordos a las fuertes críticas que había merecido su intervención inicial entre los distintos grupos parlamentarios e insisitió en su oferta de diálogo para la «cooperación nacional» que ha propuesto, «más allá del desahogo» de cada grupo. Esto último lo dijo también mirando a los escaños del PP, que ayer arroparon con muchos aplausos a su jefe de filas.
El líder socialista instó a los populares a «alegrarse» de que, por lo menos, PP y PSOE estén de acuerdo en que hay que recortar 1.500 millones de euros en el presupuesto 2009. Esto motivó ciertos abucheos en los escaños populares y Zapatero les pidió con la mano que se serenen y se alegren de esa coincidencia.
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