Sánchez propone a Isabel Celaá como embajadora en el Vaticano

La también exportavoz del Gobierno durante la primera etapa de Sánchez en La Moncloa sustituirá en El Vaticano a la embajadora María del Carmen de la Peña -la segunda mujer en representar los intereses de España ante la Santa Sede-, una diplomática con un amplio bagaje tras pasar por las legaciones en Etiopía, las islas Seychelles, Yibuti, Catar y como observadora ante la Unión Africana. Está previsto que De la Peña se jubile dentro de unos meses.

Católica practicante , la exministra de Educación ha estado durante muchos meses en la diana de la oposición por la denominada ‘ley Celaá’, la ley de educación con la que el Gobierno de Sánchez derogó la ‘ley Wert’, hasta entonces vigente. Con esta reforma se ha quitado peso a la asignatura de religión en el currículo escolar al no contar para la nota media ni tener una alternativa como hasta ahora. Otra modificación es la de pasar de curso con asignaturas suspensas. Y como nota más dañina para la educación concertada, la Lomloe le ha impuesto severos límites, por lo que tiene en pie de guerra al sector.

Celaá será una embajadora de marcado cariz político , al igual que ocurriera con el histórico socialista gallego Paco Vázquez, que asumió ese mismo puesto a instancias del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. El exalcalde de La Coruña fue también presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Previamente había encabezado la legación en El Vaticano el diplomático Jorge Dezcallar, procedente del CNI y con experiencia en embajadas de primera fila, como las de Rabat y Washington.

Las relaciones con la Iglesia las ha asumido en la actualidad el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que deberá gestionar una situación de gran tirantez con la Conferencia Episcopal. Los asuntos a tratar se abordarán en tres subcomisiones (los bienes inmatriculados y que puedan ser reclamados por sus legítimos propietarios; el pago del IBI por los inmuebles que no se dedican al culto y la Obra Pía de Roma). Pero el gran objetivo para el PSOE desde hace años, la revisión del concordato -los acuerdos con la Santa Sede-, ni siquiera está sobre la mesa.