De los cambios puntuales a la revolución: Sánchez aborda su tercera reforma de Gobierno en menos de dos años de coalición

Esta tercera crisis de Gobierno no sigue el patrón de las anteriores, aunque en ninguno de los casos obedece a una pérdida de confianza en las carteras y sí a una estrategia paralela o al desgaste por temas tan importantes como los indultos. Mientras que ahora pretende dar un impulso a ciertas áreas de cara a la previsible recuperación económica tras la pandemia, en las otras dos había un interés estrictamente electoral. En enero, los cambios fueron la consencuencia de que Salvador Illa dejara el Ministerio de Sanidad para competir en las elecciones catalanas. En marzo se hizo lo propio tras la marcha de Pablo Iglesias , que intentó sin éxito amortiguar el desplome de Podemos en la Comunidad de Madrid.

Así, Sánchez respondió a la salida de Illa con una actuación quirúgica, al colocar al frente de Sanidad a Carolina Darias y a Miquel Iceta en Política Territorial y Función Pública. El equilibrio con Unidas Podemos tras el adiós de Iglesias acabó con Nadia Calviño como vicepresidenta segunda y Yolanda Díaz como vicepresidenta tercera, además de la entrada de Ione Belarra al frente del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. El movimiento de situar jerárquicamente a la titular de Economía sobre su homóloga de Trabajo no fue casual, habida cuenta de que este era un punto conflictivo en el juego de poder de la coalición.

La principal diferencia en los tres episodios radica en que esta ocasión sí ha habido un ánimo directo de cambiar piezas para dar un giro a la gestión. Una revolución. No obstante, Unidas Podemos mantendrá sus cinco ministerios, aún después de una semana en la que Alberto Garzón, responsable de Consumo, ha quedado muy tocado con el tema de la carne. Ganará así el argumento de los morados de que sus carteras ya tienen un peso menor y en cualquier caso con una representación menor según sus votos.

El Gobierno de coalición ha tenido hasta la fecha dos crisis de Gobierno moderadas, pero lo cierto es que Sánchez ya se vio obligado a realizar diferentes cambios cuando gobernaba en solitario , antes de enero de 2020. La primera fue apenas siete días después de llegar a La Moncloa, cuando destituyó a Maxim Huerta y puso en su lugar a José Guirao. En Sanidad también ha habido varios movimientos, pasando de Carmen Montón (dimitió por el tema de los másteres en la URJC) a María Luisa Carcedo y después, tras el pacto con Unidas Podemos, a Illa. También en Cultura, con la entrada de José Manuel Rodríguez Uribes; en Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, con la llegada de José Luis Escrivá en detrimento de Magdalena Valerio; y en Justicia, con Juan Carlos Campo por Dolores Delgado.