El rescate de los colaboradores afganos, en manos del GEO y CNI
El plazo que se fijó el Gobierno para sacar a casi 800 personas hasta el domingo se aleja por el cerco talibán al aeropuerto
España envía un avión con vehículos y más militares por si se puede establecer un pasillo de seguridad
Las normas impuestas por los talibanes que deben cumplir tanto hombres como mujeres
El plan del Gobierno de Sánchez tras los acuerdos con sus homólogos europeos era tener acabado el rescate de los afganos que han colaborado con el Ejército español y la delegación diplomática el próximo domingo. El plan ya se da por imposible, por frustrado, aunque ... en este caso las razones sean ajenas a la gestión de España. El cerco talibán al aeropuerto de Kabul impide, de momento, la salida de más aviones. Con suerte, y si no hay nuevos incumplimientos, el próximo vuelo está previsto que parta a última hora de la tarde de hoy desde Dubái a la capital afgana, según fuentes gubernamentales, pero es más que posible que tampoco pueda llevarse a cabo.
Las alrededor de 800 personas que figuran en las dos listas de Defensa y Exteriores no han podido acceder en su gran mayoría al aeropuerto, aunque fuentes oficiales no ofrecen ningún dato concreto sobre cuántos podrían haber alcanzado ese punto seguro. «La situación es muy confusa. La prueba es que ni siquiera Estados Unidos está pudiendo extraer a su personal», señalan.
La esperanza del rescate de los ‘afganos españoles’ pasa en buena medida por los agentes que quedan allí: los 17 policías nacionales del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que permanecerán con el embajador español, Gabriel Ferrán, hasta el último momento. La intención es crear ‘pasillos de seguridad’ dentro del anillo supuestamente seguro del aeropuerto de Kabul, aunque las fuentes consultadas admiten la dificultad de la misión, condicionada a que los talibanes cumplan el acuerdo alcanzado con Estados Unidos.
Además de estos policías nacionales, se cuenta con los agentes del CNI que quedan en el país y que estarían intentando abrir camino para lograr la llegada al aeropuerto de los colaboradores más cercanos a quienes han trabajado en Afganistán y han sido enlaces directos. Ellos habrían sido también los encargados de una criba de seguridad de las personas que figuran en las listas de los ministerios, pero condicionada por la premura. «Todo se ha acelerado y nos ha arrollado», señalan las mismas fuentes. Si se logra establecer esos pasillos seguros -es imposible que lo haga un solo país o un contingente tan pequeño como el que forman los agentes españoles- la evacuación se agilizaría. Pero la inseguridad y la situación cambiante por horas aconseja contar con medios adicionales.
Ayer por la tarde partió de Zaragoza otro A400M del Ejército del Aire con dos v ehículos militares y más personal del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo con el fin de facilitar esos corredores que planean los aliados, la única posibilidad de garantizar el éxito de la misión humanitaria.
La preocupación por el personal militar y por los agentes que quedan sobre el terreno es indisimulada. «Un paso en falso puede poner en peligro a nuestros hombres». Ninguna fuente oficial confirma que los policías hayan salido de esa zona segura para recoger a algunos colaboradores en puntos establecidos después de la evacuación de la Embajada de España, pero todo apunta a que sí se han producido recogidas de personas en zonas próximas a la del perímetro.
Cápsula de la Embajada
Tanto los geos como los antidisturbios que quedan allí pertenecen al dispositivo de seguridad habitual de la legación diplomática, misiones de élite que suelen renovarse cada seis meses. Fueron ellos quienes trasladaron por tierra a todo el personal de la Embajada diseñando una cápsula de seguridad hasta un punto acordado donde un helicóptero estadounidense recogió a los españoles y los trasladó al aeropuerto.
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