Reingreso «dentro de lo normal y de la rutina de una prisión»

No hay, aseguran, mayor novedad que destacar de esta primera noche entre rejas. Aunque la realidad es que no lo es para ninguno de los cinco, puesto que cuatro de ellos ya pasaron en las mismas instalaciones a las que ahora vuelven más de un mes -entre el 2 de noviembre y el 4 de diciembre de 2017, y la que fuera presidenta del Parlament-, Forcadell, 15 horas. Lo que tardó en amanecer y que pagaran los 150.000 euros de la fianza que le abrió la puerta a la libertad, eso sí, después de que ella hubiera aceptado el 155.

En este regreso, como entonces, el protocolo de entrada ha sido el mismo. Identificación, cacheo personal y control de sus pertenencias -retirada de relojes, móviles, cartera...- reconocimiento médico, entrega de un juego de sábanas y manta más una bolsa con artículos de higiene personal. Sin olvidar unos cubiertos de plástico para el uso diario y la tarjeta monedero con la que pueden gastar hasta 100 euros semanales en el economato. Y a dormir en el módulo de ingresos. Rull y Romeva en la misma celda . Turull acompañado de «un preso de confianza», citan las fuentes consultadas. Y que «próximamente serán trasladados a los módulos ordinarios». En el número 7, donde generalmente van los reclusos «primarios», están el exvicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras y el que fuera titular de Interior, Joaquim Forn.

De la vida que les espera a los reingresados en la prisión, o de cómo se la van a tomar, se sabe por las entrevistas al respecto que los propios Turull o Rull ofrecieron tras su excarcelación en diciembre. Célebre es que el segundo se quejó de la comida «muy flatulenta» y de que rompió un tenedor de plástico intentando trocear una hamburguesa quemada. También que ambos coincidieron en que los funcionarios eran «muy profesionales», en que hubo buena relación con el resto de presos y que los dos ocupaban la mayor parte del tiempo contestando cartas, jugando al ping-pong, en el gimnasio o en los cursos de fitness o francés, que a Rull le parecieron «dignos de cualquier escena de Berlanga».

Estremera sigue teniendo fama de ser una penitenciaría «cinco estrellas» -quizás por la piscina, que casi nadie recuerda haber visto en uso-, mientras que Alcalá-Meco no deja de ser una instalación antigua, estrenada en los años 90 . Dos tercios de las internas son extranjeras y los delitos más comunes por los que perdieron su libertad tienen que ver con las drogas y con el robo. En el centro, Bassa y Forcadell podrán participar en grupos de trabajo -panadería, informática, cocina...- , elegir entre estudios reglados, cursos y talleres, el más famoso de ellos el de teatro, llamado «Yeses».

Mantener su seguridad y la de los exconsellers en Estremera, -lo que incluye impedir filtraciones indeseadas de imágenes , empezando por la de la ficha de ingreso- es tarea del centro penitenciario, que ha avisado al respecto a sus funcionarios y reforzado controles.

De momento, con éxito, puesto que no han trascendido fotografías de la estancia carcelaria de los reclusos del independentismo, que por el contrario sí han conseguido saltarse las reglas para mandar al exterior mensajes o entrevistas completas, como fue el caso de Junqueras o del número dos de la lista de Junts pel Catalunya, Jordi Sànchez durante la campaña electoral previa al 21-D.