Suscribete a
ABC Premium

Putrefacción política

Había que triturar a Cifuentes para demostrar que no era ese adalid infalible contra la corrupción que presumía encarnar

Cristina Cifuentes ABC
Manuel Marín

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cristina Cifuentes ha caído víctima de sí misma, de sus errores y de una desorbitada pulsión de poder que le ha impedido calcular con criterio una sola decisión. Hasta ayer, que al fin acertó. Su renuncia era una exigencia ética desde el mismo instante en ... que no supo aclarar ni una sola duda sobre su falso máster…, pero tanto se aferró sin razón a su burbuja de omnipotencia que ha sido otra sinrazón, la de la putrefacción de la política , la que ha consumado una venganza cruel y humillante. Las mentiras -muy burdas en el último mes- no pesaron lo suficiente para doblegarla, y ha sido necesaria la consumación de una destrucción personal retransmitida en vídeo, cuya espuria conservación parece haber sobrevivido inexplicablemente al Código Penal.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia