El PP pide la comparecencia de José Blanco por la afiliación de Almallah al PSOE
El PP se ha propuesto impedir el cierre de la comisión parlamentaria que investiga los atentados del 11-M y sigue anunciado medidas para lograrlo. La última, pedir la comparecencia del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y otros cargos socialistas para que expliquen como era posible que uno de los autores de la matanza fuera afiliado del partido. El propio Blanco, que se puso a disposición del Congreso, criticó que el PP no tenga tanto celo con las cuestiones que atañen a su partido. Así, dijo no entender por qué no han pedido la comparecencia de un abogado valenciano, concejal del PP, que ha defendido a implicados en los atentados antes y después del 11-M.
Los cargos del PSOE que el PP quiere que comparezcan en la comisión son, además del propio Blanco, el secretario general socialista de Gijón, José Manuel Sariego, y el responsable de la Agrupación Socialista de San Blas, Miguel Conejero. El segundo vendría a aclarar si conocía la relación del dirigente socialista de Gijón Fernando Huarte con Benismail Abdelkrim, detenido por su pertenencia al GIA argelino y considerado lugarteniente de Allekema Lamari, uno de los líderes del comando que atentó en Madrid.
Blanco aseguró que le consta que miembros del anterior Gobierno del PP saben los motivos por los que le visitó en prisión. Preguntado si eso significa que Huarte colaboró con las fuerzas de seguridad del Estado, Blanco se negó a revelar más detalles de la investigación que ha realizado el PSOE sobre este asunto. El PP, en cambio, asegura que hubo contactos "permanente y reiterados" cuando se conocía "de sobra" la relación de Abdelkrim con el 11-M.
Los populares también han pedido que se emita a la comisión las cuentas y la memoria de actividades de la Asociación de Apoyo a Palestina que preside Huarte para investigar si ha recibido ayudas públicas, entre otros, del Ayuntamiento de Gijón. El portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, aseguró que el sentido común le dice que cuanto el portavoz socialista en la comisión, Alvaro Cuesta, preguntó al PP si tenía pactos con los confidentes, ya sabía de la relación de Huarte con Abdelkrim.
Lo que también ocupa al PP es aclarar la militancia en el PSOE del ciudadano sirio Mouhannad Almallah, detenido la pasada semana por segunda vez por su relación con los atentados del 11-M. Zaplana aseguró que la afiliación se produjo dos meses después de los atentados, cuando el nombre de Almallah ya se había difundido en relación con la masacre de Madrid. Blanco se mostró convencido de que el sospechoso se afilió al PSOE para encubrir sus actividades delictivas, aunque se congratuló de que no le haya servido de nada.
RAPIDEZ Y TRANSPARENCIA DEL PSOE Según explicó, Almallah pidió la afiliación el 12 de mayo de 2004 y la Ejecutiva Federal dio su aprobación casi un mes más tarde. Para afiliarse al PSOE ya no es necesario, como sí lo era hasta julio de 2001, el apoyo de dos avalistas, sino que basta con rellenar una ficha, pagar la cuota y adjuntar un documento válido de identidad.
Blanco aseguró que el gran perjudicado por esta situación es su partido, pero aseguró que ha actuado con rapidez y transparencia, puesto que fue rápidamente expulsado al conocerse su vinculación al 11-M.
De hecho, Blanco contrapuso la reacción del PSOE con Almallah con la del PP con el concejal popular Vicente Ibor, un abogado valenciano que ha defendido a implicados en los atentados, antes y después del 11-M. "Están instalados en la confusión masiva", dijo el número dos socialista, y eso les lleva a una estrategia de "no asumir ninguna responsabilidad y atacar a los demás para buscar culpables".
Zaplana aseguró que si algún partido pidiera esta comparecencia, el PP la respetaría, pero pidió respeto a la presunción de inocencia.
"Les digo ya que sí a todo en blanco, que me pongan un folio y yo lo firmo, que vengan todos por ridículo que pueda parecer", dijo. El portavoz popular insistió a todos los grupos, y en especial al socialista que "si nadie tiene nada que esconder, temer u ocultar, no tiene por qué poner reparo en comparecer". "No quiero ir más allá, pero cuando antes estas evidencias se niega que puedan comparecer estas personas, no se puede pensar bien", sentenció.
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