Gabino Sanmartín Hernández llevaba solo tres meses en Afganistán

El fallecido, miembro de las Unidades de Intervención de la Policía (UIP), procedente de la unidad de Oviedo y originario de La Bañeza (León), se encontraba realizando labores de «protección estática» en la puerta de acceso de vehículos de la legación y habría sido alcanzado por la onda expansiva del coche bomba que los terroristas hicieron explosionar, según informaron fuentes policiales. Si bien inicialmente tanto él como el resto del personal de la Embajada fueron conducidos a dos búnkeres, una vez asegurada la zona, el agente fue trasladado inmediatamente a un centro hospitalario al que llegó ya sin vida.

Policía desde su ingreso en el Cuerpo, en junio de 1991, San Martín Hernández estuvo destinado en la UIP de La Coruña hasta que, en 1993, se trasladó a Asturias, siendo parte del personal fundador de la UIP del Principado. El fallecido era especialista policial en defensa personal y tiro, entre otras disciplinas. San Martín Hernández pidió el traslado voluntario a Kabul, donde llevaba «desde el mes de septiembre» desempeñando sus funciones en la legación española, según fuentes de la Policía Nacional, impactadas por la noticia. «Al principio dijeron que estaba herido leve». Tras momentos de confusión, fue confirmada su muerte. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se ponía pocos minutos después en contacto con la viuda del fallecido y le trasladaba el pésame del Rey y de Mariano Rajoy. El Gobierno ha decretado tres días de luto.

San Martín Hernández, casado y padre de cuatro hijos , residía desde 2006 en Virgen del Camino, donde se han decretado tres días de luto. Los vecinos se mostraban conmocionados. «No entendemos estas atrocidades que comete la gente. No saben el dolor que causa», confesaba el alcalde de la localidad David Fernández.

En La Bañeza, donde viven los padres del agente, el regidor José Miguel Palazuelo ejerció de portavoz de las primeras reacciones de la familia. «¿Por qué le ha tenido que tocar a él?», se lamentó el padre, consciente, sin embargo, de la peligrosidad de la profesión de su hijo, informa Isabel Jimeno.

La segunda víctima mortal de nacionalidad española es el subinspector de la Policía Nacional Jorge Garcia Tudela, residente en Granada.