«No podemos decir que no es positivo, pero no es el comunicado que esperábamos»

«No podemos decir que no es positivo, pero no es el comunicado que esperábamos», reconoce María Caballero. Tiene una lucha interna entre la esperanza y la decepción. «Tras el comunicado nos preguntamos de qué ha servido todo lo anterior, para qué han matado a 857 personas si, al final, siguen reivindicando lo mismo y continúan sin renunciar a ninguno de sus objetivos políticos y territoriales».

María leyó el c omunicado de ETA , pero mientras lo hacía algo le dolía en su interior. «El lenguaje utilizado es ofensivo porque no gasta ninguna sensibilidad ni hacia los ciudadanos ni hacia quienes hemos padecido en primera persona la barbarie de ETA». De todas formas, no quiere renunciar a la esperanza de que esto se acabe algún día definitivamente.

Más dolida se mostraba Paz Prieto. Incluso, reconoció que ni tan siquiera leyó el comunicado de la banda terrorista ni tenía intención de leerlo, aunque sí que le han transmitido su contenido. «Me produce la sensación de que se ríen de nosotros, de que pretenden humillarnos». Y el hecho de que ETA no anuncie su disolución, no se acuerde de las víctimas ni hable de la entrega de las armas, le produce una gran desazón. «Nosotros somos los primeros que queremos que acabe la violencia, pero no puede ser que ofrezcan la libertad a cambio de estas concesiones y humillación para las víctimas». Y entre las concesiones destaca la presencia de Bildu en las instituciones .

Paz Prieto tampoco entiende la euforia colectiva que se ha desatado entre los ciudadanos. Considera que se ha impuesto una especie de «síndrome de Estocolmo colectivo» . «Son unos asesinos y serán asesinos toda su vida igual que nosotros somos víctimas desde el día en que ellos decidieron que lo fuéramos», concluyó la concejal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona.