Un año marcado por asesinatos múltiples

El primero, aún sin resolver, tuvo lugar el 22 de junio en un despacho de abogados del madrileño barrio de Usera. Allí se presentó «un hombre extraño» preguntando por el jefe del despacho, que no se encontraba en el lugar, pero así se lo transmitió por teléfono la recepcionista y secretaria. Era el sicario, que había llegado. En la oficina también se encontraba un cliente y otra trabajadora.

Tal y como contó el periodista de ABC, Carlos Hidalgo , el matón se metió en el baño, para ir preparando el ataque . Discutió con las trabajadoras. Una de ellas tomó una palanqueta que guardaban, pero el asesino se la arrebató y golpeó brutalmente a las dos mujeres. El cliente se enfrentó a él, pero también recibió golpes y fue acuchillado. Con papeles de la oficina y un mechero, prendió fuego a los cuerpos y huyó. La Policía trabaja ahora con el móvil pasional como principal hipótesis, aunque no se descartan otras. El objetivo del crimen fue el único que se salvó.

El 18 de septiembre la Guardia Civil descubría los cadáveres de una familia brasileña en seis bolsas en Pioz (Guadalajara). Un mes después, Patrick Gouveia era detenido al volver voluntariamente a España tras haber huído a Brasil.

En su declaración ante los investigadores, según relató Pablo Muñoz en ABC, realizada en los calabozos, Patrick Nogueira dijo que sobre la una de la tarde del 17 de agosto llegó a la casa haciendo creer a su tía que iba a comer con ellos. En la cocina, cuando Janaina estaba de espaldas, la degolló con una navaja que había comprado previamente. Luego hizo lo mismo con los niños, pero sobre cómo actuó con ellos no contó nada, porque aseguró que no lo recordaba.

Ya por la noche llegó al chalé su tío, que venía de trabajar en un restaurante de un centro comercial. Él salió a recibirlo a la puerta del jardín y asegura que lo mató en el pasillo . En este caso la víctima pudo oponer algo de resistencia, como demuestra el hecho de que tenía heridas de defensa en las manos.

Tras cortar por la cintura los cadáveres de sus tíos, metió sus restos y los cuerpos de los niños en seis bolsas industriales de basura que selló con una cinta americana que había comprado previamente también, al igual que las bolsas de plástico de gran tamaño. Luego, limpió de sangre la casa, se quitó su ropa y se puso de su tío y se echó a dormir. Por la mañana salió de la casa con una mochila en la que llevaba esas prendas ensangrentadas, el arma homicida -las dos cosas las tiró a la basura en Alcalá de Henares-, las llaves de la casa y el teléfono móvil de Marcos Nogueira. Fue la última vez que estuvo en el chalé, aunque todo indica que pensaba volver para deshacerse de los cuerpos.

El 9 de diciembre, la viuda del expresidente de la extinta Caja del Mediterráneo (CAM), María del Carmen Martínez, de 72 años, fue hallada muerta en el interior de un coche de alta gama en un concesionario de Alicante -propiedad de la familia- con dos disparos en la cabeza. Unos empleados dieron la voz de alarma y la Policía se personó en el establecimiento acordonando de inmediato la zona. Un crimen ejecutado por un profesional, pues las fuentes consultadas por Efe apuntan a un asesinato por encargo y con motivación económica .

La inicial posibilidad del robo en el asesinato de la viuda del expresidente de la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) Vicente Sala parece haber quedado descartada por la Policía y la investigación se centra ahora en una motivación económica.

También fue múltiple el primer asesinato por violencia de género de 2016. El mismo 1 de enero un hombre mataba a su mujer y a su bebé de ocho meses para después suicidarse en Torrevieja (Alicante). Desde entonces, el balance oficial contabiliza 44 mujeres asesinadas.

Reciente también ha sido la muerte de otras dos mujeres -una madre y su hija-; muy cerca de ellas estaba su asesino, el hijo y hermano de las víctimas, un toxicómano que acabó con la vida de ambas en la localidad sevillana de Arahal.

Entretanto y lamentablemente, a las páginas de sucesos no les han faltado protagonistas, algunos menores como la niña de 17 meses arrojada por una ventana en Vitoria por un hombre después de que la madre de la pequeña descubriera que le estaba haciendo tocamientos. O la niña de cinco años degollada hace un mes en Aranjuez por su madre y que luego se suicidó.

Menor también la niña de 12 años cuya muerte por coma etílico ha sacado a la luz el alarmante consumo de alcohol entre los más jóvenes, o el repunte de las bandas latinas, cuyos enfrentamientos han provocado tres muertes, dos de ellas de chavales de 15 años.