Los CDR inauguran la huelga general en Barcelona con otra noche de odio

Esto sucedió las noches del lunes, del martes, la del miércoles, y sí, también anoche. Los CDR convocaron una «Olimpiada por la República» en los Jardines de Gracia e incluso formalmente la desconvocaron sobre las diez de la noche. No hubo incidentes y parecía que habría tregua... Nada de eso; unos 200 enmascarados llegaban poco después al lugar de la cita , tras haber hostigado previamente a los manifestantes de extrema derecha que se reunieron en la plaza Artós, sin que ambos grupos llegaran a tener contacto físico. Los «chicos de Torra», el amigo de los CDR, debieron quedar frustrados y decidieron que antes de dormir había que provocar su dosis diaria de violencia. Enfilaron La Rambla de Cataluña al grito de «¡Fuera fascistas de nuestros barrios!» y comenzaron a hacer de las suyas.

Esta vez, a la vista de que antes no había habido incidentes y quizá también porque el número de dotaciones fuese menor —hoy será un día agotador para las Fuerzas de Seguridad por la huelga general—, se decidió no intervenir hasta que fuese estrictamente necesario . Es más; las habituales hogueras eran apagadas por los bomberos sin intervención previa de los Mossos ni la Policía. Eran recibidos, además, con aplausos y gritos de «¡Los bomberos serán siempre nuestros!», sin duda por su posicionamiento masivo hace dos años a favor del referéndum ilegal del 1-O.

En algún momento se tuvo la esperanza de que no habría más que escarceos, pero había un dato objetivo que disipaba ese sueño: en la zona del Paseo de Gracia seguían desplegados los «Sanitarios por la República», cuya presencia siempre acaba en episodios de violencia. Manifestación a la que van, manifestación en la que se lía...

Tras algún escarceo menor, los grupos de alborotadores, sin duda de lo más «pacífico», decidieron que ya era necesario ejercitar sus músculos. Por la calle Pau Claris intentaron llegar hasta la sede de la Fiscalía Superior de Justicia de Cataluña, protegida por la Policía. Los atacantes se acercaban a la línea policial. Y claro, la Fuerzas de Seguridad decidieron que ya bastaba de aquello. Fueron los Mossos d’Esquadra los que salieron en defensa de sus compañeros, y a cambio recibieron el lanzamiento de todo tipo de objetos , entre ellos «cócteles molotov». La zona del Ensanche se convertía, de nuevo, en campo de batalla, aunque la novedad fue la quema de una entidad bancaria y una tienda de ropa. Mejoran cada día.

Se trataba de una oficina de La Caixa de la calle Pau Claris, a la altura de la de Aragón , y fue literalmente saqueada por la turba. Cristales rotos, cajeros destrozados, impresoras por el suelo emitiendo todavía algún pitido agónico, y además muchas tarjetas de crédito posiblemente pendientes de entrega a sus titulares. Por supuesto, el cajero automático fue literalmente destrozado...

Anoche, pues, Barcelona se convertía en el escenario de una guerra sin cuartel . Pasada la una de la madrugada los sonidos de las escopetas de los Mossos lanzando material antidisturbios daban una idea de la gravedad de unos incidentes que nadie sabe cuándo acabarán.

Pero lo que está claro es que lo vivido hasta ahora puede ser solo un aperitivo de lo que puede ocurrir hoy en la Ciudad Condal con la huelga general. Hay muchos ciudadanos que tienen miedo y anoche se veía salir a turistas de sus hoteles para no quedar hoy atrapados, o simplemente porque están hartos de no poder disfrutar de una ciudad maravillosa. Se percibe que hay una masa silenciosa harta, pero hasta que despierte todo seguirá igual.

Mientras, en otros puntos de Cataluña se producían sucesos similares . En Sant Esteve de les Roures unas imágenes mostraban el lanzamiento de cohetes pirotécnicos contra la Policía, y así en muchos puntos más de Cataluña. Como dicen fuentes de Mossos y Policía Nacional, esto es una rebelión, y no un problema de orden público.

En Gerona la tensión creció conforme cayó la noche. Lo que parecía una tarde plácida y sin incidentes, se tornó en una noche tensa en la que unas 400 personas, la mayoría estudiantes, desafiaron a los agentes de Mossos y Policía Nacional frente a la subdelegación del Gobierno . Los jóvenes se concentraron, como siempre, a las siete de la tarde y en un principio se vivía una calma tensa. Pero por la noche, de nuevo, se reprodujo la batalla, también muy dura.

Desde el lunes, van un centenar de detenidos y el doble de agentes heridos, además de numerosos destrozos en vehículos policiales. Los «pacíficos» manifestantes se dedican a tirar clavos a las ruedas y adoquines a las lunas. También cohetes de pirotecnia al helicóptero policial, que es uno de sus enemigos preferidos . Los rebeldes quieren prolongar su estrategia violenta todo el fin de semana y el peligro de que haya un muerto crece. Veremos.