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Luces y sombras en la noche del vuelco

Luces y sombras en la noche del vuelco

ABC

M. DOLORES DE COSPEDAL El PP fulmina al PSOE en el feudo de José Bono

La secretaria general de los populares y candidata a la presidencia de Castilla-La Mancha ha conseguido hoy una de las victorias más esperadas por el Partido Popular. Si hace cinco años, cuando Cospedal tomó las riendas de la presidencia del PP de Castilla La Mancha —un 3 de junio de 2006— alguien le hubiera dicho que algún día ganaría a los socialistas en uno de sus feudos más importantes, quizás ni ella misma se lo habría creído. Pero la política es así, y Cospedal ha hecho realidad lo que parecía imposible. No le debe nada a nadie, quizás a su reducido grupo de colaboradores cercanos, porque muchos miraron con reticencia esta apuesta personal del presidente del PP, Mariano Rajoy, pero ella se empeñó en hacer ver que no se equivocaba y que era capaz de conseguir lo imposible. Paso a paso, salvando obstáculos, y proyectando la imagen de una mujer seria, tenaz y trabajadora, ha sido capaz de hacer olvidar la figura del todopoderoso José Bono y presentar una alternativa creíble. JOSÉ MARÍA BARREDAEl incendio del PSOE abrasa a Barreda

A José María Barreda le ha tocado bailar con la más fea y ha perdido el paso. Todo estaba en su contra: la gestión que Zapatero ha hecho de la crisis económica y la emergente dirigente del PP, María Dolores de Cospedal. Tan negro lo veía desde antes de comenzar la campaña, que fue ese el color que utilizó en sus carteles electorales. Intentó rectificar en el ecuador y cambiar la cartelería, introduciendo una tonalidad más clara en su imagen, pero ya era demasiado tarde y los negros nubarrones vaticinaban la tormenta. A Barreda, la historia del PSOE le recordará como el político que perdió uno de los feudos más fieles al voto socialista. El sucesor de Bono, que llegó a la presidencia de Castilla-La Mancha en 2004, no ha tenido el carisma de su antecesor y ha terminado chamuscado por una gestión marcada por el incendio de Guadalajara, en el que murieron once personas. Al final, los hechos le han dado la razón y su presión a Zapatero para que despejara cuanto antes su futuro tenía su razón de ser. No era garantía de éxito sino de fracaso, como así ha sucedido.

ESPERANZA AGUIRREUna nueva mayoría consolida aún más su liderazgo

Nadie puede con ella. Con esta tercera mayoría absoluta (2003, 2007 y 2011), Esperanza Aguirre es algo más que la presidenta de Madrid. Venerada por sus fieles y respetada por quienes la critican, nadie duda de que Aguirre es uno de los valores más sólidos del PP y garantía de éxito en todas las elecciones a las que se presenta. Con un liderazgo incuestionable, un discurso propio y una autonomía política dentro de su propio partido, Aguirre revalida su poder. Llegó el 25 de mayo de 2003 a la Comunidad de Madrid y decidió que este era su espacio natural y que se quedaría una larga temporada. Sus resultados electorales pulverizan, una y otra vez, sus propios registros. Primero 55 escaños (en las primeras elecciones de 2003 que desembocaron en el famoso «Tamayazo»), después 57 (también en 2003 cuando hubo que repetir las elecciones) y 67 en 2007.

TOMÁS GÓMEZEl líder rebelde del PSOE no puede con Esperanza

Le echó un pulso al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y lo ganó, pero ayer no pudo doblegar la fortaleza de Esperanza Aguirre en una Comunidad, la de Madrid, que es territorio vedado para aventuras épicas de poder. Se presentaba por primera vez y ha sido derrotado. Fue alcalde de Parla, el más votado de España, entre 1999 y 2008, año en que decidió dejar el Ayuntamiento para dedicar su tiempo al Partido Socialista de Madrid. Pero tanto se dedicó al PSM y a tantas cosas había renunciado por este liderazgo, que cuando la dirección del PSOE le impuso a la candidata a Comunidad de Madrid, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, se rebeló y pensó que por qué no él. Se presentó a las primarias, luchó como un jabato y las ganó, pero ya había perdido el futuro dentro del PSOE. Ahora le puede pasar factura ese desafío a la cúpula socialista que sostenía que Trinidad Jiménez podría frenar el avance imparable de Aguirre. FRANCISCO ÁLVAREZ-CASCOS El órdago del ex secretario general arrolla al PP

Paseaba Francisco Álvarez-Cascos en esta campaña electoral por el concejo asturiano de Grado y suscitaba una elocuente división de opiniones: «Eres un sinvergüenza», decían algunos viandantes, frente a otros que le saludaban efusivamente y le prometían su apoyo. El órdago del ex secretario general del PP, ex vicepresidente del Gobierno y ex ministro de Fomento al crear el Foro Asturias (a la medida de su ambición de ocupar la presidencia del Principado) ha dado la razón a las encuestas que le convertían en clave. Incluso ha desbordado todas las previsiones. Es la pieza imprescindible que obligará a sus ex compañeros de partido (y en particular a Isabel Pérez-Espinosa) a hincarse de hinojos ante él si quieren «tocar» poder en Asturias. Cascos, ingeniero de Caminos de formación y rocoso político que cuando dirigía el PP tuvo que meter en cintura a muchos reyezuelos de taifas, ha terminado por convertirse en uno de ellos. XAVIER TRIASLa «medicina» de CiU conquista Barcelona, feudo del PSC

A Xavier Trias i Vidal de Llobatera (Barcelona, 1946) le entraron sudores fríos cuando al nuevo «govern» de Artur Mas le tocó examinar las cuentas que le había legado el catastrófico tripartito y hubo que anunciar drásticos recortes en la asistencia sanitaria. Era un mazazo que podía pasar un gravosa factura de imagen al «alcaldable» nacionalista de Barcelona, en su condición profesional de médico (fue pediatra en el hospital Vall d'Hebron) y de ex consejero de Sanidad con Jordi Pujol. Pero pronto se vio que ese bache no era más hondo que el del desgaste del municipalismo socialista en Cataluña, un antaño potentísimo engranaje cada vez más herrumbroso, lastrado por el fracaso de José Montilla en la Generalitat.

Histórico de CDC y portavoz de CiU en el Congreso cuando gobernaba el PP, Trias echó recientemente por tierra su perfil de catalanista moderado al votar en favor de la independencia en la mascarada del referéndum secesionista. Un resbalón que ha favorecido el crecimiento del PP, que moderará la primera victoria nacionalista en la capital catalana. JUAN IGNACIO ZOIDOEl magistrado que se quitó la toga arrasa en Sevilla

Un hito. Sevilla, del PP y por mayoría absoluta, sin necesidad de la «bisagra» andalucista, desaparecida en combate desde hace cuatro años. El mérito es de Juan Ignacio Zoido (Sevilla, 1957), un todoterreno que desde que aterrizó en la política municipal se ha volcado en el puerta a puerta y se ha pateado sin desmayo todos los barrios de la capital andaluza.

Así ya había logrado hacerse con la victoria en 2007, pero la «pinza» PSOE-IU le impidió ocupar la alcaldía. Ahora otras pinzas (las de los crustáceos de la mariscada que se metió entre pecho y espalda el socio de gobierno de Monteseirín en el Ayuntamiento, con el regusto de los escándalos de Mercasevilla) pueden haber contribuido a que el Partido Popular se baste y se sobre en lo que, además, puede significar un claro anuncio de cambio de ciclo en la Comunidad en las elecciones andaluzas de 2012, frente a un PSOE en descomposición y enfrascado en luchas cainitas.

Pero lo sustantivo en esta victoria ha sido el trabajo de un hombre de sólida formación (fue magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía), que en su ciudad ha sabido descender desde la retórica de anteriores cargos públicos (director general de Relaciones con la Administración de Justicia con la ministra Margarita Mariscal de Gante, y delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha) al lenguaje de la calle. FRANCISCO CAMPSCamps torea al PSOE y sale por la puerta grande

Francisco Camps ha toreado con un éxito de público el toro de la corrupción que le puso en suerte el PSOE al principio de esta legislatura. Un toro con el que los socialistas valencianos pretendían recuperar el crédito de los valencianos, a base del descrédito de su presidente. Sin embargo, esta tercera mayoría absoluta de Francisco Camps (las anteriores fueron en 2003 y 2007) confirma que los ciudadanos no se han dejado llevar por los cantos de sirena de los socialistas y se han mantenido firmes para apuntalar el camino de Camps hacia una nueva victoria electoral. La estrategia socialista se ha vuelto en contra y los supuestos casos de corrupción que han lanzado contra Francisco Camps han tenido un efecto palanca y han impulsado al candidato popular a la cima del éxito. Esta victoria coloca a los socialistas en una difícil tesitura, ya que se quedan sin estrategia para intentar, una vez más, penetrar en el bastión popular de Valencia. Mientras los socialistas se hunden, el PP se afianza entre el electorado y no sufre desgaste alguno.

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