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PINCHO DE TORTILLA Y CAÑA

El líder fantasma

Pablo Casado no ha sido capaz de ilusionar a los votantes más moderados

Horas antes nadie albergaba la menor duda de que PP y Ciudadanos se iban a pegar un castañazo monumental en las elecciones catalanas. El pronóstico de los trackings que se difundieron el domingo por la tarde, cuando faltaban dos horas para que cerraran los colegios ... electorales, predecían que el partido de Inés Arrimadas iba a perder 24 de los 36 escaños que cosechó en 2017 y que esas dos docenas de asientos cambiadizos irían a parar al PSC, a Vox y al PP. Gracias a esos trasvases, auguraban los chamanes de las encuestas, los socialistas llegarían a la foto-finish del sprint final en condiciones de disputar la victoria, los populares alcanzarían la media docena de escaños -dos más de los que obtuvo García Albiol hace cuatro años-, y los abascalistas consumarían el temido sorpasso por escasa diferencia. La verdad fue mucho más cruda. El PSC ganó las elecciones, sí, pero Ciudadanos perdido 30 diputados, el PP empeoró su peor marca de todos los tiempos y Vox casi multiplicó por cuatro la cosecha de Alejandro Fernández.

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