El impuesto a los ricos abre otro pulso dentro del Gobierno de coalición

Hoy es el día en el que los grupos deben presentar las conclusiones extraídas durante las seis semanas de las comparecencias de los expertos. Unas propuestas que serán la base del dictamen final . Al ser socios de Gobierno, PSOE y UP decidieron negociar un documento conjunto de conclusiones.

Los enfoques chocaron cuando las morados insistieron en la creación del impuesto como una de las conclusiones, conociendo por anticipado el criterio contrario del PSOE. A pesar de la presión de Iglesias desde hace semanas, el Gobierno siempre ha dado largas al tema al ser preguntado por ello.

Ayer la negociación se realizó a diferentes niveles. Por un lado, en el Congreso mediante la portavoz socialista, Adriana Lastra , y su homólogo en UP, Pablo Echenique . Después de su elaboración parlamentaria, el documento se presentó a miembros del Gobierno de coalición y fue analizado. Negociación en la que participaron el presidente Pedro Sánchez y el vicepresidente Iglesias . Tampoco entonces UP logró convencer al PSOE de añadir el impuesto.

Ya en rueda de prensa de por la mañana, se vieron las diferencias entre ambos partidos. Lastra quiso poner el énfasis en la importancia de que los dos socios de Gobierno consensuaran el documento por encima de propuestas concretas. Echenique, por su parte, puso el dedo en la llaga y reconoció sin ambages que el impuesto a las rentas altas era motivo de desencuentro.

«Pensamos que sería una buena idea que hubiera un impuesto a la riqueza, que sería progresivo», señaló el portavoz morado. «Es algo que tenemos que debatir y algo en lo que tenemos que ponernos de acuerdo», abundó, antes de avanzar que el posicionamiento de su grupo era «claro».

«Seguiremos intentando convencer a nuestro socio con argumentos», adelantó, apuntando a una larga tarde de negociación. Y así fue. Pese a llevar dos días trabajando en el documento de conclusiones, todavía ayer por la tarde se extendió el pulso durante horas en Moncloa. Pero UP terminó cediendo sin altas tensiones y asumió el «no» del PSOE.

Durante una rueda de prensa al mediodía, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero , mostró implícitamente la negativa del ala socialista a la medida de sus socios al apelar a la creación de «medidas unánimes o al menos con gran consenso», que puedan «servir de inspiración» para los Presupuestos Generales de 2021. Eso sí, añadió además que los dos partidos de Gobierno tienen «el claro convencimiento de que hay margen fiscal».

Y mientras los dos socios de coalición mantenían su enésimo pulso interno, el PP exigía «reformas ambiciosas que perduren en el tiempo y que vayan a la raíz del problema». Lo hizo por boca de su portavoz en la Comisión de Reconstrucción , Ana Pastor , quién propuso, además, la búsqueda de una mayor eficiencia en el gasto de dinero público así como de «la capacidad de suministrar el material necesario en el momento oportuno y de disponer de reservas estratégicas».

También consideró necesario elevar la inversión pública en I+D+i, la eliminación de las trabas de comercialización y el impulso de la unidad de mercado.

Un enfoque muy distinto al de Vox cuyo portavoz parlamentario, I ván Espinosa de los Monteros , anunció que su grupo abandonaba la comisión por la «distancia infinita» que le separa del PSOE. Pero este abandono es más bien relativo ya que fue anunciado cuando las comparecencias ya habían llegado a su fin.

Espinosa de los Monteros explicó que su grupo sí presentará hoy conclusiones. La única fase en la que no participará será la negociación que se abrirá a partir de entonces.