El fin de los homenajes a etarras consolida las bases para los pactos del PSOE con Bildu
El Congreso tumba la ley de Cs para prohibir los «ongi etorri» con el voto del PSOE
El movimiento del colectivo mayoritario de presos de ETA anunciando el fin de los homenajes públicos a los etarras excarcelados opera como una justificación 'a posteriori' del entendimiento que el PSOE y Bildu vienen desarrollando en Madrid desde la investidura de Pedro Sánchez en enero ... de 2020. Y, además, se articula como un paso fundamental en el proceso de asimilación de Bildu como un partido equiparable a cualquier otro. Esto facilita la alianza en Madrid. Pero, sobre todo, ahonda en la idea de un entendimiento futuro en el País Vasco que cuestione la hegemonía del PNV. Aunque «faltan pasos», suelen decir en el socialismo vasco, la propia concepción del proceso como un camino por recorrer pone de manifiesto que existe un punto final en el mismo: el de un futuro entendimiento.
El comunicado de los presos etarras llega después de unas semanas en las que la izquierda abertzale ha multiplicado sus acciones por parecer un partido útil y con sentido de la responsabilidad. El primer gesto llegaba cuando se cumplían diez años del cese definitivo de la violencia de ETA con un Arnaldo Otegi solemne admitiendo en el Palacio de Aiete que «el dolor causado» por los terroristas «nunca debería haberse producido». Ya entrado noviembre, Bildu ha tratado de mostrarse como pilar fundamental de la estabilidad presupuestaria en todas las instituciones en las que tiene presencia, adelantándose incluso al PNV. Y ahora, con el fin de los 'ongi etorri', la coalición abertzale consigue dejar atrás una de las cuestiones más espinosas que aún le perseguían. El pasado día 11 evitaron una declaración unánime del Parlamento vasco al votar en contra de una iniciativa contra esos homenajes argumentando que se trataba de «expresiones de alegría» . El problema es que a la izquierda abertzale le resultaba complicado controlar que ninguno de sus simpatizantes saliera a la calle para recibir a presos de la banda. Ahora, terminados los homenajes públicos, entierra también cualquier sombra de polémica y evita tener que volver a posicionarse.
El que a partir de ahora aparece como principal escollo para llegar a acuerdos más profundos en las instituciones vascas es lo que representa la figura de Arnaldo Otegi . Su pasado como miembro de ETA hace que el resto de partidos de izquierdas aún tengan ciertos reparos para llegar a acuerdos con Bildu. Y es que, en las filas del socialismo vasco también han recibido el anuncio de los presos de ETA como una «victoria». Para un PSE que ha enterrado a decenas de compañeros víctimas de ETA, resultaba muy complicado justificar acuerdos con quienes aún jalean a los asesinos.
Fuentes de los socialistas vascos reconocen el cambio de actitud que se está viviendo en la izquierda abertzale, pero insisten en que no ven «un cambio de escenario» en los próximos años. Y, en efecto, es complicado que el pacto de gobierno se rompa antes de 2024, aunque el relevo generacional que supone la llegada de Eneko Andueza a la secretaría general del PSE podría abrir nuevos horizontes en las próximas legislaturas. De hecho, aunque Andueza descarta acuerdos con Bildu en el futuro más inmediato, sí ha reconocido públicamente que en próximas legislaturas «se pueden explorar otros pactos» . El propio Andueza manifestó públicamente su satisfacción por la decisión: «Celebramos la victoria que supone para las víctimas y para los que sumamos por la convivencia que se anuncie el final de los homenajes a los terroristas, que es fruto del justo empeño de los colectivos y de la presión social e institucional para acabar con los 'ongi etorri'». Como viene siendo habitual con los movimientos del mundo proetarra, el PNV aparece con una posición más estricta que los socialistas vascos.
El equilibrismo del PSOE
El Gobierno insistía ayer en su rechazo a estos homenajes porque suponen «reabrir el dolor de las víctimas» y por eso «en ningún caso» los ampara. La portavoz, Isabel Rodríguez , en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, señaló que estos actos no les gustan. Lo que no significa que siempre hayan considerado que existía posibilidad legal de evitarlos. Rodríguez manifestó que su oposición política no contemplaba ir más allá, al considerar que plantear estos debates es instrumentalizar a las víctimas: «Lo que no va a hacer nunca este Gobierno es recuperar el dolor a las víctimas para hacer ningún tipo de iniciativa».
En esta línea se enmarca la posición que el PSOE planteó ayer en el Congreso en una proposición de ley de Ciudadanos que abogaba, entre otras cuestiones, por prohibir en la práctica los homenajes a etarras con un estricto régimen sancionador de hasta 250.000 euros. La intervención de Guillermo Díaz (Cs), muy aplaudida por las bancadas del centro y de la derecha, evidenció ya de primeras la ostensible fractura de la Cámara Baja en este asunto. Lo que la oposición contempla como el blanqueo de los herederos de Batasuna, lo percibe la mayoría de gobierno como una utilización partidista de las víctimas. El PSOE volvió a alinearse con Bildu y tumbó la toma en consideración de la proposición de Cs uniendo sus votos a los de Unidas Podemos, nacionalistas e independentistas. Desde el PP, Vox y Cs se habló de un «eclipse moral», mientras la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua , se refería a su formación como un actor «de paz». Fuentes de Cs dan por rotos los puentes con el Gobierno.
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