Suscribete a
ABC Premium

El «Estatut», embrión de una coartada victimista

Los independentistas se escudan en la promesa de Zapatero para denunciar el supuesto acoso del Estado

José Luis Rodríguez Zapatero, entonces presidente del Gobierno, con Artur Mas y Duran Lleida EFE
Nati Villanueva

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«La Constitución no conoce otra nación que la española». El Tribunal Constitucional no pudo ser más claro en la sentencia en la que en junio de 2010 zanjó uno de los aspectos más polémicos del Estatuto de Cataluña. Cuatro años después del recurso interpuesto ... por el PP, el órgano de garantías tumbaba en una resolución de 881 páginas catorce artículos de los 114 impugnados y ordenaba reinterpretar otros 27. Los «retoques» que se hicieron desde La Moncloa para que el texto que salió del Parlamento catalán pudiera pasar el filtro del Congreso de los Diputados no consiguieron salvar la inconstitucionalidad del Estatuto, que desde la concepción de Cataluña como nación en su preámbulo, ya nacía herido de muerte. José Luis Rodríguez Zapatero se había empleado a fondo en este asunto de la mano de Artur Mas. No en vano se había comprometido meses antes de llegar a la Presidencia del Gobierno (y Maragall a la de la Generalitat) «a apoyar la reforma del Estatuto que apruebe el parlamento catalán» (Mitin en el Palau San Jordi, 13 de noviembre de 2013). La promesa le salía cara, porque a día de hoy el victimismo nacionalista se escuda en esta afirmación para justificar sus reivindicaciones soberanistas y denunciar una supuesta «agresión» del Estado que no es otra que el cumplimiento de la ley.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia