El Estado redujo las ayudas a los refugiados saharauis tras llegar Sánchez al poder

Este recorte invirtió en buena parte el esfuerzo hecho por el gabinete de Mariano Rajoy en 2017, cuando la financiación dedicada por el Estado a este colectivo creció un 20,6 por ciento para alcanzar los citados 6,54 millones, desde los 5,19 millones de 2016.

El tijeretazo de 2018 no fue aislado ya que estas ayudas volvieron a menguar en 2019, aunque esta vez bastante menos, un 2 por ciento, y quedaron en 5,53 millones. De nuevo volvieron a encoger en 2020, un 4 por ciento, para situarse en 5,3 millones. Estas tres caídas consecutivas se produjeron a pesar de que el V Plan Director de la Cooperación Española establecía que debían mantenerse los programas de ayuda humanitaria para la población saharaui refugiada durante el periodo de 2018 a 2021.

No en vano, la ayuda internacional que reciben los refugiados saharauis ha ido cayendo de forma importante durante los últimos años. De un lado, por el agotamiento de los donantes ante la cronificación de la crisis. De otro, por la aparición de situaciones humanitarias graves en otras partes del mundo. Según la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) las aportaciones externas no cubren las necesidades de los campamentos saharauis.

La remisión de las citadas cifras del Gobierno al Congreso fue la respuesta a unas preguntas escritas registradas por el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu . Además de pedir el listado de ayudas destinadas por el Ejecutivo a cooperación internacional en el Sahara occidental , este parlamentario quiso saber qué ayudas y proyectos previstos no fueron materializados con fecha, destinatario y el motivo de que no se ejecutaran. Sin embargo, sobre esta última parte, el Gobierno no remitió información.

El grueso de la cooperación del Estado con la población saharaui es ayuda humanitaria que se canaliza a través de la Oficina de Acción Humanitaria de la AECID . El Gobierno justifica los recortes de 2018 y 2019 en «una reducción general del presupuesto» de esta entidad y «de la Ayuda Oficial al Desarrollo en su conjunto». «No sólo se trató de una reducción de las partidas destinadas a ayuda humanitaria para refugiados saharauis», subrayan fuentes diplomáticas.

En cuanto a la caída de 2020, la achacan a que « ONG's habituales en este contexto humanitario» no concurrieron a la convocatoria de subvenciones de AECID , aunque rehúsan detallar cuáles fueron para no «delatarlas». «Puede ser porque estuvieran en otras (convocatorias) y se hubiesen quedado sin capacidad para atender a esta. Nada reprochable pero el dinero estaba a su disposición y nadie concurrió para ejecutar proyectos», justifican.

El montante al que se refieren estas fuentes es prácticamente el mismo que la AECID había ejecutado en 2019: algo más de 5,5 millones. No obstante, las citadas fuentes destacan que esa cifra suponía elevar «notablemente» la previsión de gasto en acción humanitaria porque el Gobierno era «consciente de la necesidad de reforzar el apoyo a ese contexto humanitario concreto».

Las cifras de 2021 no han sido publicadas oficialmente pero el Gobierno asegura que subieron «de forma muy importante» y alcanzaron los 7,6 millones tanto en presupuesto, como en ejecución (del 100 por ciento). Esta cifra supondría una subida del 43,3 por ciento. También señala que para este 2022 espera «un ligero aumento» de las ayudas y saca pecho de que España es «el primer donante europeo» para los campamentos saharauis lo que demuestra «un fuerte compromiso».

La ayuda humanitaria que la AECID destina a los saharauis se destina íntegramente a los campamentos de refugiados ya que esta institución no realiza ninguna actividad en el Sahara occidental . Los citados campamentos se encuentran en el sur de Argelia , en el suroeste del desierto del Sahara de este país, y el apoyo financiero se destina a proporcionar ayuda alimentaria, apoyo nutricional, atención médica, asistencia o protección internacional a los refugiados, con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida.

Una parte de las ayudas también se dirige a servicios de seguridad para los actores humanitarios dados los riesgos existentes para estos trabajadores así como a promover su aprendizaje del castellano. La situación de estos refugiados saharauis se ha deteriorado de manera generalizada en los últimos años. La última encuesta de ACNUR (2019) detectó «un empeoramiento significativo en la malnutrición aguda global» de los niños.