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La droga en Galicia

El narco se camufla: pasar inadvertido y negociar cara a cara

La ostentación de los antiguos capos de la coca ha dado paso a la discreción de los nuevos narcos, más difíciles de rastrear y con menos poder

Agentes de Vigilancia Aduanera durante la operación Piraña, año 2007 SALVADOR SAS/EFE

JOSÉ LUIS JIMÉNEZ/PATRICIA ABET

A nadie en Cambados le ha sorprendido la detención esta semana de uno de sus vecinos más conocidos , a pesar de que lleva años sin poder residir allí por orden judicial: Sito Miñanco. La noticia de su nuevo arresto dentro de una operación antidroga ... que ha puesto al descubierto una red internacional de narcotráfico ha hecho regresar a este pueblo de las Rías Baixas a su pasado más negro, el de aquellos años noventa en que por primera vez fue ubicado en el mapa como una de las capitales nacionales de la droga, un título maldito. Galicia es la comunidad española con más kilómetros de costa, por delante de otras regiones que la triplican en extensión como Andalucía, Cataluña o la Comunidad Valenciana. Estos casi 1.500 kilómetros de litoral, la mayoría de ellos puerta abierta al océano Atlántico, convirtieron a Galicia en epicentro del negocio de la coca y destino favorito de los narcos allá por la década de los 80 . A este lado del océano, cárteles como los colombianos de Medellín y Cali encontraron nuevos socios dispuestos a colaborar con ellos y demostrar que eran los dueños y señores de la ría. Podían surcarlas en noche cerrada y sin faros, sorteando bateas, bajos y rocas. Las conocían como la palma de su mano y exhibían una destreza –o un desprecio por la vida– con el que no podían competir los agentes de Aduanas o la Guardia Civil.

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