Chaves posterga el relevo generacional en Andalucía que pretendía Zapatero
Su sustituto, Griñán, representa la continuidad. Moncloa apostaba por Mar Moreno
Cambio, pero menos. El presidente andaluz, Manuel Chaves, ha apostado por uno de sus más íntimos colaboradores para dirigir el Ejecutivo autonómico una vez que el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, confirme su incorporación al Gobierno como vicepresidente tercero.
Griñán pertenece a la misma ... generación que Chaves (62 y 63 años respectivamente) y garantiza una continuidad en la gestión de Chaves, ya que el vicepresidente segundo de la Junta es, de hecho, uno de los principales asesores del presidente andaluz.
Esta decisión paraliza y posterga el debate, que se había mantenido en el PSOE andaluz durante los últimos meses sobre la necesidad de un cambio generacional en la dirección socialista, tras 19 años de gobierno de Manuel Chaves. Un debate al que no era ajeno el propio Zapatero, quien había apostado claramente por María del Mar Moreno, retirada del entorno de Chaves para ser designada secretaria de Política Autonómica del PSOE, en lo que medios socialistas consideraban un «cursillo intensivo de zapaterismo para cuando llegase el momento».
El momento llegó inesperadamente en vísperas de la Semana Santa, con la propuesta de Zapatero de incorporarse a su Gobierno y abandonar el Ejecutivo andaluz. Tras consultar con su sanedrín más íntimo, Chaves aceptó la propuesta, pero exigió manos libres para gestionar su propia sucesión, requisito que fue aceptado sin objeciones por el secretario general socialista.
El presidente andaluz no dudó en apostar por una solución de continuidad que garantiza la estabilidad del partido, aunque a costa de paralizar la renovación en el PSOE andaluz que anhela Zapatero, deseoso de colocar a un peón de su estricta confianza en la más importante división regional del PSOE.
Con Griñán, Chaves no sólo mantiene el control sobre el partido en Andalucía, sino que también evita una crisis interna en un momento muy delicado. Los rumores sobre la sucesión de Chaves y el posible desembarco de Mar Moreno como candidata habían motivado durante los últimos meses un pulso latente entre el vicepresidente primero del Gobierno andaluz, Gaspar Zarrías, y el secretario de Organización del PSOE andaluz, Luis Pizarro. En un momento extremadamente delicado para el PSOE andaluz, con datos económicos catastróficos y con el PP de Javier Arenas pisándole los talones en las encuestas, la designación de Moreno como presidenta de Andalucía -institucionalmente viable, ya que continúa siendo parlamentaria autonómica- podría haber radicalizado las tensiones internas y provocado un maremoto de nefastas consecuencias electorales.
¿Qué ocurrirá con la renovación generacional que auspicia Zapatero? Es razonable pensar que los planes presidenciales se postergarían hasta las próximas elecciones autonómicas. La duda, pues, es si el hasta ahora vicepresidente segundo de la Junta andaluza se va a limitar a ser cabeza de puente para el desembarco de una persona más próxima a Zapatero o si su designación implica que Andalucía seguirá gobernada según el manual más tradicional del PSOE, ya en desuso en el resto de España.
Fuentes próximas a la Presidencia de la Junta resaltaron ayer que la apuesta por Griñán no es una solución interina, y que «va a mandar de verdad. Pronto lo veréis». La «prueba del algodón» será inequívocamente la elección del candidato socialista a la Junta de Andalucía en los próximos comicios, que en teoría deben coincidir con las generales en 2012. En este sentido, las citadas fuentes se limitaron a señalar ayer que Griñán será presidente andaluz, «sin hipotecas y con plenos poderes a todos los efectos».
Mientras tanto, el PP criticó ayer con contundencia el relevo en la Presidencia de la Junta. El secretario general del PP-A, Antonio Sanz, manifestó que, de confirmarse la presencia de Chaves en el nuevo Ejecutivo de Zapatero, supondría que «sale corriendo» y «pega la espantá en el peor momento de la historia» de Andalucía, dados los efectos que está teniendo la crisis económica, algo de lo que tendrán que «tomar nota» los andaluces.
En cualquier caso, Sanz apuntó que todo lo ocurrido en las últimas horas es un «auténtico esperpento», algo «surrealista» y un «despropósito político» porque se ha puesto de manifiesto que los socialistas están «jugando con Andalucía como si fuera un juguete».
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