CatalunyaCaixa prepara bonos para su cúpula tras cobrar mil millones públicos

La caja catalana, que acaba de pedir otros mil millones al FROB, quiere recortar el salario a su plantilla

CatalunyaCaixa prepara bonos para su cúpula tras cobrar mil millones públicos INÉS BAUCELLS

MARIA JESÚS CAÑIZARES

A la espera de convertirse en banco, CatalunyaCaixa, la segunda caja catalana después de La Caixa, busca vías de capitalización mediante una nueva inyección de dinero vía FROB (Fondo para la Reestructuración y Ordenación Bancaria) —1.024 millones de euros que le permitirían devolver la ... cantidad prestada también por el FROB el año pasado y superar las pruebas de solvencia que el Banco de España determinará esta primavera— y el recorte de los salarios. Una medida, ésta última, que obviamente ha provocado la indignación de los trabajadores, que el pasado martes se concentraron ante la sede de esta entidad, nacida de la fusión de Caixa Catalunya, Caixa Manresa y Caixa Tarragona, para protestar contra esas rebajas.

Pero lo que realmente ha sublevado a los empleados de esta caja es la «escandalosa» retribución variable —bonos— que los directivos cobran en función del cumplimiento de los objetivos anuales. Estos bonos suelen ser abonados a lo largo de primer trimestre del año y, por tanto, todavía no se han pagado. Pero el consejo de administración no parece estar dispuesto a renunciar a esas pagas extras, tal como ha requerido en diversas ocasiones la Confederación Sindical Independiente de Cajas de Ahorro y Afines (CSICA), que califica de «inmoral» que la caja obligue a sus empleados a apretarse el cinturón, mientras los directivos reciben bonos millonarios.

Carta al consejo

Porque, según ha podido saber ABC de fuentes sindicales, estas generosas retribuciones equivalen como mínimo al sueldo anual que cobra el director de CatalunyaCaixa, Adolf Todó, que asciende a 800.000 euros al año. Esta anualidad es el resultado del aumento del sueldo de un 14% que el consejo de administración aprobó a principios de 2010, con lo que pasó de 600.000 euros a 800.000 euros, lo que ya provocó en su día una fuerte polémica entre los trabajadores. Todó tiene un blindaje de cinco años de sueldo si abandona la entidad, es decir, cuatro millones de euros.

Las mismas fuentes explicaron a ABC que una decena de directivos de esta entidad podrían beneficiarse de esos bonos. Este diario ha intentado en diversas ocasiones recabar la opinión de CatalunyaCaixa, sin éxito. A principios de la semana pasada, la secretaria general de CSICA-Catalunya Caixa, Norma Gutiérrez, envió una carta al presidente de la entidad, Fernando Casado, en la que solicitaba la supresión de esta retribución variable.

«Resultaría paradójico, incongruente e inaceptable que la plantilla asumiese esfuerzos y sacrificios para alcanzar los objetivos y, en cambio, la Alta Dirección se beneficiarse económicamente e impúdicamente del esfuerzo de los trabajadores», indica Gutiérrez en la carta. Este sindicato, que confiaba en que el asunto se discutiera en la reunión del consejo de administración del pasado día 25, no ha recibido respuesta.

CatalunyaCaixa tiene intención de reducir los salarios de sus trabajadores en un 5%, medida que, según esta entidad, sería temporal. La plantilla se opone frontalmente y las negociaciones entre ambas partes están suspendidas. Los sindicatos recuerdan que la fusión de las tres entidades prevé ya la reducción de 1.300 empleos, lo que dejaría esta entidad en 8.000 trabajadores a finales de marzo.

Tras el anuncio de Unnim, que agrupa a Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu, de convertirse en banco, todas las miras están puestas en CatalunyaCaixa, que ya ha asumido que deberá convertirse en banco antes del próximo mes de septiembre. Para ello, deberá llevará a cabo una ampliación de capital para llegar al 8% fijado por la ministra de Economía Elena Salgado.

El Gobierno catalán aseguró recientemente que tanto Unnim como CatalunyaCaixa tienen capacidad para cumplir con esos requisitos, reflexión que choca tanto con las operaciones que están llevando a cabo estas entidades como con los rumores de que Banco Sabadell podría integrar a CatalunyaCaixa, algo que, durante la reciente presentación de resultados de la entidad presidida por Josep Oliu, no fue confirmado, aunque sí se abrió la puerta a ese tipo de absorciones.

Modelo catalán de cajas

La postura del nuevo Ejecutivo de Artur Mas en este ámbito también se presta a confusión, pues CiU siempre ha sido contraria a cualquier regulación estatal que tocara el «modelo catalán de cajas», pero tras las medidas anunciadas por Salgado, la Generalitat las valoró positivamente, quizá en un intento de demostrar que el sistema financiero catalán no está tan perjudicado como el Gobierno español pretende, pues precisamente hoy está previsto que Mas presente su plan de viabilidad para evitar cualquier tipo de intervención del Ejecutivo. Cataluña siempre ha invocado su Estatuto para asegurar que la Generalitat comparte competencias con el Estado en materia de Cajas de Ahorro y las entidades de crédito, aunque la sentencia del Tribunal Constitucional anuló ese precepto.

Y aunque aseguró que Unnim y CatalunyaCaixa aguantarían el tirón, algunas fuentes afirman que el Gobierno catalán podría estar presionando a Banco Sabadell para llevar a cabo la integración de la citada caja. Se sabe, por ejemplo, que el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, cenó con Oliu tras tomar posesión del cargo.

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