caso bretón

La perito justifica su error ante el juez en que no pudo analizar los huesos en Madrid

Subrayó en su declaración que la hoguera fue manipulada antes de que ella llegara «al menos en dos ocasiones» por funcionarios de la Policía de Córdoba

d. d. / f. j. p

Evitó un «cara a cara» con el resto de expertos. Ni siquiera quiso que las cámaras registraran su comparecencia. Josefina Lamas , la perito antropóloga de la Policía Científica que elaboró el polémico informe del «caso Bretón» sobre los restos óseos hallados en ... lla hoguera de la finca de Las Quemadillas , tenía claro el pasado viernes que iba a rectificar ante el juez sus conclusiones. Pero también que lo haría a medias y justificando el error que cometió al afirmar que los huesos encontrados eran de animales. Tal vez por eso rehuyó el «careo» con los otros profesionales.

Según ha podido saber ABC, en su declaración ante el titular de Instrucción número 4, José Luis Rodríguez Lainz, la antropóloga lamentó profundamente el error cometido en su primer estudio, en el que dijo que los restos recogidos del fuego que José Bretón, imputado como presunto asesino de sus dos hijos, hizo en la finca el 8 de octubre, eran de pequeños roedores.

No obstante, pese a reconocer su fallo, la técnico justificó ese equívoco. «Fue motivado fundamentalmente por no disponer de la posibilidad de trasladar los restos óseos al Laboratorio de Antropología Médico Forense de Madrid y haber tenido los medios para poder realizar el estudio con total garantía», aseguró.

En este sentido, si se hubieran dado esas circunstancias, según esta agente, «esta perito tiene el convencimiento moral de que su informe hubiera ido en el sentido de determinar la naturaleza humana de las muestras», expuso ante el juez instructor del caso.

En cualquier caso, la profesional, asume las responsabilidades del error y las consecuencias del mismo, «que ya estoy pagando» . Cabe reseñar que la experta ha sido relevada de su puesto y la Dirección General de la Policía le ha abierto un expediente por falta grave —a ella y al jefe de departamento, al jefe de unidad y al jefe de servicio.

Por otro lado, Lamas aseguró ante Lainz que la hoguera fue manipulada por funcionarios policiales. En el acta de comparecencia, la antropóloga destaca que «la superficie y el perímetro de la hoguera fueron alterados en parte, al menos en dos ocasiones». Ese acta nofue firmada por ella.

En concreto, la noche de autos varios agentes «examinaron la fogata, rastrillando su contenido, lo que provocó una reactivación del fuego », señala la técnico. Además, también el 9 de octubre, efectivos de la Brigada Provincial de la Policía Científica de Córdoba realizaron la recogida de tres muestras para fotografiarlas.

En este sentido, la experto difiere de las afirmaciones del médico forense Francisco Etxebarría sobre la posición en que pudieron haber sido incinerados los cuerpos de los hermanos. «Las manipulaciones impiden saberlo exactamente», puntualiza.

Por otro lado, Lamas detalló también que el 9 de octubre, a las 20.19 horas «la hoguera aparece con unos elementos que a las 20.22 han variado de posición , en concreto, un palo largo paralelo a la mesa de hierro [que estaba junto a los rescoldos], y en el extremo izquierdo aparece el mango de una azadilla».

Más cambios

Además, en una de las fotografías tomadas por los agentes que llegaron primero a la parcela (cabe destacar que la perito no hace acto de presencia hasta el día 10 de octubre a las 17.50 horas) se aprecian dos cobertores de cuadros situados en el extremo superior izquierdo de la imagen. En las instantáneas tomadas a las 20.22 horas, el palo aparecería perpendicular a la mesa «y las mantas han desaparecido» , añadió.

Finalmente, el día 10, en otra foto tomada a las 13.00 horas la hoguera aparece tapada con una especie de uralita transparente con los cobertores descritos por encima, según su relato. «El palo figura apoyado para evitar que se vuelen las mantas y la azadilla [...] no se evidencia, pero al ampliar la fotografía se ve que está debajo de la uralita».

Cuando la antropóloga llega a la finca, la hoguera ya estaba cuadriculada y con una cinta policial, pero «falta el palo largo y los dos cobertores, y la azadilla forma parte de uno de los cuadrantes». Lamas señala, además, que cuando llegó, los agentes que estaban allí no le comunicaron en ese momento que se había manipulado la hoguera. «No me dijeron nada. Sólo me explicaron cómo se habían hecho las cuadrículas», manifiesta la perito. No llega a precisar si alguien pudo cambiar los huesos de sitio en esas labores.

Como ya avanzó ABC en su edición del domingo, Lamas ratifica parte de lo escrito en su primer informe pese a su marcha atrás: la aparición en la hoguera de huesos de pequeños animales, roedores, carnívoros, omnívoros, encontrando fragmentos de ratones, conejos, ratas, gatos y otros animales que no sabe diferenciar. Vestigios todos ellos quemados como el resto, esqueletizados. Son restos que la perito no recoge. Aunque sí asume su error cuando ve los huesos en la sede del Instituto Nacional de Toxicología el pasado día 24 de septiembre —afirma que sólo porque el juez se lo pide—, defendió ante el juez que «todos los huesos que recogí fueron aquellos que por su morfología podrían ser de naturaleza humana». En ningún momento deslizó que hubiera baile en el número de restos.

Otra parte importante de su declaración la empleó en justificar cómo el 20 de agosto sus superiores le piden un informe valorativo sobre el del profesor Etxeberría, que luego frenan a instancias del juez. No obstante, ella decide hacer otro a finales de agosto en el que detalla la metodología que empleó en su inspección original.

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