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Alberto Núñez Feijóo rompe con la política de los «zascas» y pide centrarse ya en construir la alternativa

El presidente del PP deja atrás el casadismo y reclama a sus parlamentarios que no caigan en las formas del Gobierno: «Os pido que contribuyáis todos los días a dignificar el parlamentarismo español»

Núñez Feijóo, en los pasillos del Senado junto a Gamarra y a Maroto Ep | Vídeo: Fiejóo denuncia el "teatro" de Sánchez (EP)
Juan Casillas Bayo

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Una política de otra época, seria y con la misión de «dignificar el parlamentarismo español». Esa es la tarea que les ha encomendado este viernes Alberto Núñez Feijóo a sus diputados, senadores y eurodiputados. En el Senado , cámara territorial desde la que el presidente del PP ejercerá la oposición al sanchismo, el dirigente gallego ha roto por completo con las formas del casadismo, pero también con las del Gobierno de Pedro Sánchez y las de Vox .

Núñez Feijóo, ya como senador por designación autonómica, ha presidido en la Cámara Alta la reunión de los grupos parlamentarios populares de Congreso , Senado y Parlamento Europeo . En un discurso sosegado pero lleno de determinación, ha emplazado a los suyos a rehuir de la «política de insultos y de trincheras». Un mensaje que rompe con la confrontación que promueve el Ejecutivo, pero también formaciones como Vox. Este mismo jueves, Santiago Abascal advirtió a los populares que «ningún colaboracionismo» con el Gobierno es «aceptable».

Pero el expresidente de la Xunta de Galicia, respaldado por las cuatro mayorías absolutas que cosechó en su comunidad autónoma, entiende la política de otra manera. Ha reivindicado el respeto al adversario y a las instituciones , y ha sido claro: «Lo mínimo que se le puede pedir a un político es educación. Las Cámaras no son una red social en la que competir con zascas y palabras gruesas. Os pido que contribuyáis todos los días a dignificar el parlamentarismo español». Un misil directo a la anterior dirección del PP.

La obsesión del líder de la oposición pasa por que sus compañeros sean «mejores en fondo y forma» que sus oponentes, y se centren ya en construir una alternativa al «mal Gobierno» de Sánchez, al que ve entregado en hacer «oposición a la oposición». Una estrategia de «legítima defensa», han ironizado después fuentes populares al término del cónclave.

Proceso de renovación culminado

En su intervención en abierto, concisa y firme tras una hora de reunión a puerta cerrada, Núñez Feijóo ha dado por concluido el proceso de renovación de la dirección nacional del PP tras la salida de Pablo Casado . «En poco más de cincuenta días», ha continuado, ha culminado un cambio «rápido, medido y meditado». Ha querido además mantener este encuentro en el Senado porque es «una de las mejores expresiones de la España unida desde la diversidad». Una frase que ha evocado la polémica de las «nacionalidades» , aunque no ha utilizado este término en ningún punto de su discurso.

Sí ha querido reivindicar la experiencia de gestión del PP y situarlo como un partido de Estado y de gobierno: «Un partido como el nuestro no puede hacer tábula rasa ni renegar de la experiencia de años de servicios a los ciudadanos». A continuación, ha llamado a «honrar, defender y preservar las instituciones», y ha instado a los suyos a «rebelarse» contra el sanchismo , el populismo «de todo signo» -en alusión a Vox, partido al que no ha citado ni una vez de forma expresa, y a Podemos - y «el desprecio a la Constitución y al Estado autonómico». «Os propongo rebelaros contra la política que me he encontrado», ha sentenciado.

Este jueves, ha lamentado Núñez Feijóo, Sánchez dejó escapar la oportunidad de ofrecer explicaciones a la altura «de la magnitud de la crisis que provocó en los servicios de inteligencia» al admitir públicamente que él y algunos de sus ministros fueron espiados con Pegasus , y al cesar a Paz Esteban del Centro Nacional de Inteligencia ( CNI ). El suyo es «un mal Gobierno», ha insistido, que no sabe dar respuesta a la inflación , «miente» con las previsiones económicas y «sacrifica cualquier cosa, incluso las instituciones , para ganar unos meses más en la Presidencia».

Ante ese panorama, con el país en una situación de «extrema delicadeza» por la crisis generada por la pandemia del Covid-19 y agravada por la guerra en Ucrania , el PP tiene que responder, ha dicho Núñez Feijóo, «no a la España que rechaza, sino a la España que necesita». Por ello, ha exigido a sus diputados, senadores y eurodiputados que se centren ya en preparar el «proyecto del próximo Gobierno de España », «con propuestas y estilos diferentes», donde todos los españoles se vean reflejados.

Más enmiendas y menos tuits

«El objetivo de un político no es sobresalir. Sino plantear cosas y ayudar a transformar la realidad. No creo en los circos parlamentarios. Valoraré mucho más una crítica razonada que un buen titular. Una enmienda a una ley que un tuit ingenioso», ha avisado el presidente del PP, muy insistente en esa línea, que precisamente ha sido la más aplaudida por sus compañeros, pese a que supone una evidente ruptura con la anterior dirección.

A propios y a extraños también les ha enviado un mensaje: ni él ni su partido participarán en un «teatro» en el que por la mañana son «insultados», «menospreciados», y por la tarde se reúnen con el Gobierno a pactar «en un cuarto oscuro». El respeto, pues, debe fluir en dos direcciones. «Sé que el mal Gobierno está más cómodo insultándonos y confrontando con los que también insultan; también sé que está más cómodo pactando con aquellos que no tienen más argumento que el insulto al Estado que pactando con el PP. La seriedad, el trabajo y la coherencia es un camino menos espectacular, pero es un camino mucho mejor para servir a los ciudadanos», ha aseverado, y ha remarcado que «nadie» puede hacer mejor oposición a este Ejecutivo que sus propios miembros.

«Os propongo vencer convenciendo. Yendo a todos los rincones a explicar lo que proponemos y lo que defendemos . La unidad de la nación, la responsabilidad ante el mal gasto, la planificación ante la improvisación... España se ilusionó con la Transición, con el cambio socialista de principios de los ochenta, con la alternancia de los 90 del PP de Aznar y con el PP de Rajoy que afrontó la crisis... Esa ilusión también ahora vuelve a ser posible», ha concluido con un tinte unamuniano, vitoreado por sus parlamentarios.

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