Ábalos dice ahora que no filtró los wasaps con Sánchez y solo contrastó su veracidad

El extitular de Transportes asegura que cuando «el medio que los ha publicado me pide contrastar los wasaps de 2023, no me opongo a su publicación porque entiendo que son de carácter positivo», señala argumentando que demostrarían que ni Sánchez ocultaba las verdaderas razones de su cese en 2021 ni que su recuperación para encabezar la candidatura por Valencia en las generales de 2023 se debiera «a una intención espúrea de aforarme para protegerme».

«Esto no quiere decir que yo haya filtrado nada, solo contrasto una información que me llega», concluye el ex secretario de Organización del PSOE.

Desde el momento de su publicación, las especulaciones sobre el origen de la exclusiva se han desatado. La propia información original habla de una documentación guardada en una memoria informática en poder de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, la UCO.

La posibilidad de que el cuerpo de élite de la Benemérita estuviese detrás de la difusión de los mensajes de WhatsApp ha sido alentada desde el primer momento por el Gobierno, que incluso ha anunciado, como hizo el pasado martes el ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños, que podría emprender acciones judiciales si no hay alguna investigación sobre el origen de la filtración. Aunque Bolaños no concreto ni plazo ni la fórmula que eventualmente pudiera cobijar esa acción ante los tribunales.

La investigación de oficio, según sostienen los portavoces gubernamentales, podría sustentarse a través de una pieza separada del caso que se instruye en el Tribunal Supremo (TS) y en el que está imputado por diversos delitos el propio Ábalos, después de que el Congreso de los Diputados concediese su suplicatorio, como era preceptivo al tratarse de un aforado. Sin embargo, no todos los mensajes publicados forman parte de la causa judicial, lo que imposibilitaría esa vía. Otra sería la de una investigación interna en Interior, aunque las fuentes gubernamentales consultadas no tienen claro que eso sea posible.

Tras estallar el escándalo en febrero de 2024, precisamente con las primeras detenciones de la UCO, que incluyeron a Koldo García y al comisionista Víctor de Aldama, Ábalos pasó al Grupo Mixto de la Cámara Baja, tras negarse a renunciar a su acta, como le pidió expresamente el PSOE. El partido le abrió también un expediente de expulsión, aún por resolver, pues está suspendido cautelarmente ante el recurso del propio Ábalos, militante de la formación desde hace más de cuarenta años.

En los mensajes de 2023 conocidos esta semana, lo que Ábalos considera como positivos, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE le elogia, y afirma haber echado de menos tanto «tu amistad», como «trabajar contigo». La comunicación entre ambos demuestra además que pese a la retirada del exministro de la primera línea de la política el presidente seguía comentando con él algunas cuestiones relativas a la actualidad o a la estrategia política del Gobierno. La comunicación entre ambos se habría cortado definitivamente el año pasado a raíz del estallido del escándalo.

Ábalos fue una figura fundamental cuando Sánchez recuperó la secretaría general del PSOE en el año 2017. En aquella ocasión, la imágen del primer día de la nueva Ejecutiva Federal fue la de Sánchez llegando por la calle Ferraz a la sede del partido junto a él, flamante secretario de Organización, y junto a Adriana Lastra, la actual delegada del Gobierno en Asturias que ejerció durante años como vicesecretaria general hasta su salida en 2022.

Un año después, Ábalos fue el elegido por el presidente para defender la moción de censura contra Mariano Rajoy. El político valenciano se empleó entonces a fondo, desde la tribuna de oradores, en denunciar la corrupción y en defender que «la decencia debe ser algo esencial» en política.