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La sociedad catalana, dividida por el reto secesionista del 27-S

La realidad de Cataluña es mucho más plural que el discurso monocorde del presidente Artur Mas

La sociedad catalana, dividida por el reto secesionista del 27-S Efe

M. J. Cañizares/J. Guil

Aunque el poderoso aparato propagandístico del Gobierno catalán pretenda imponer a propios y extraños un monocorde discurso independentista, lo cierto es que Cataluña es una comunidad plural que, por obra y gracia de la estrategia política del presidente Artur Mas , ha sido convocada a las urnas el próximo 27 de septiembre para decidir si apoya o no la ruptura con España. Pero los matices existen y los argumentos a favor y en contra de la secesión son muy diversos. Sentimiento, consecuencias económicas, democracia, Estado de Derecho... Incluso dentro del espectro independentista existen diversos registros , como se desprende de las respuestas de los ciudadanos que ABC ha entrevistado.

Esta diversidad de razones contrasta con la uniformidad electoral con la que el líder de Convergència acude a esos comicios, diluido en una candidatura transversal, Junts pel Sí , que lidera un exdirigente de ICV, Raül Romeva , y en la que también participa el presidente de ERC, Oriol Junqueras. Una candidatura de la que se ha desmarcado la Candidatura de Unidad Popular (CUP), formación independentista y antisistema que, según dice, nada puede tener en común con un político conservador como Mas.

La propuesta no permite elegir entre modelos fiscales, económicos o educativos pues, según Mas, el objetivo de estas elecciones es «plebiscitario», es decir, que los catalanes digan «sí» o «no» a la independencia para dar paso, si triunfa esa opción, a un gobierno provisional que se limitaría a preparar la separación de España. A seis semanas para la cita electoral, se desconoce qué programa defiende esa lista única, que debe hacer equilibrios en el eje izquierda-derecha.

Pero las respuestas dadas por estos catalanes consultados son más amplias y razonadas que los discursos de determinados políticos. También aquellos que rechazan la secesión tienen motivos distintos, aunque en su caso, el abanico de formaciones que pueden encajar con su opción es más amplia. Desde Catalunya Sí Que Es Pot, que cuenta con la bendición de Podemos y una postura a favor de soluciones pactadas con el Estado, hasta Unió Democràtica de Catalunya (UDC), que también defiende el diálogo y una referéndum acordado con el Gobierno, pero desde posturas mucho más conservadoras. Pasando por los partidos que el secesionismo denomina «unionistas», PSC, PP y Ciudadanos, condenados a entenderse -la reforma constitucional aparecerá, sin duda, en esas negociaciones- si quieren neutralizar la mayoría secesionista pretendida por Artur Mas .

Los hay apolíticos, abstencionistas, incrédulos... E incluso resignados a un hipotético futuro con Cataluña convertida en Estado propio. La participación, como es obvio, será decisiva en estas elecciones autonómicas. Y los analistas políticos han estudiado el calendario electoral de las próximas semanas al detalle. Hasta el punto de advertir de que el 27-S coincide con un largo puente, el de la festividad de Mercè, que puede disparar la abstención en el área metropolitana de Barcelona, donde el voto independentista tiene menos predicamento. También subrayan el hecho de que el 11 de septiembre, Diada de Cataluña , coincide con el primer día de campaña, por lo que la opción secesionista se beneficiaría del gran altavoz que supone la concentración secesionista organizada por la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural. Dirigentes de estas dos asociaciones se han sumado a la lista de Junts pel Sí.

Diada

Será un acto masivo y claramente proindependentista, pero ninguna ley prohíbe a esos candidatos hacer campaña. Y aunque la Junta Electoral haya anunciado que estará muy atenta a la convocatoria y desarrollo de la concentración, lo cierto es que solo una implicación descarada del Gobierno autonómico en su organización podría invalidar ese evento.

Hace tiempo que la celebración de la Diada dejó de ser neutra a nivel institucional, pues su celebración ha sido patrimonializada por el soberanismo catalán . Politizada, en una palabra.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se muestra muy ambigua al respecto ya que, una vez aclarado que la independencia no es su prioridad, ha asegurado que ejercerá de «anfitriona» y que tendrá una presencia institucional. Partidaria del derecho a decidir, con el que también ha coqueteado el PSC, Colau avisa, no obstante, de que esa jornada no debería ser instrumentalizada por determinadas opciones políticas. Tampoco el 27-S, a pesar de la presión gubernamental. No hay mayorías aseguradas. Ni minorías que se den por derrotadas.

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