Investigan si Granados recibió una casa de mil metros como comisión

La licencia para la construcción la obtuvo en el año 2005 la sociedad Vicfidem Proyectos, que se encuentra entre las decenas de mercantiles del grupo Obras y Vías, la sociedad matriz de Cid Sicluna. La casa, que cuenta con tres plantas de más de 300 metros cada una, se construyó según los gustos de Granados y su esposa, Nieves Alarcón, que también ha sido imputada por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco.

Pese a que el matrimonio Granados no figuraba como propietario de las parcelas ni de la construcción, Nieves Alarcón visitaba continuamente las obras y daba instrucciones a los constructores. La casa es un auténtico búnker que incluso cuenta con una habitación del pánico, una estancia en la que los propietarios pueden encerrarse si alguien ataca la vivienda. Estas habitaciones cuentan con puerta blindada y un sistema de comunicaciones para dar la voz de alarma al exterior. Según fuentes conocedoras del inmueble, la habitación del pánico está «junto a la sala de billar». Además, los cristales de la casa son blindados.

A principios de 2009, la prensa informó de las intenciones de Francisco Granados de hacerse con esta vivienda. El entonces consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid y secretario general del PP de Madrid reconoció que tenía intención de comprarla, pero antes debía vender dos pisos de su propiedad. El líder de la trama Púnica dijo que la promotora pedía por el inmueble 1,2 millones de euros, pero agentes inmobiliarios de la zona aseguran a ABC que el precio real estimado rondaba los dos millones de euros. Al saltar la noticia, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, pidió explicaciones a Francisco Granados, además de afearle su gusto «hortera». Según ha sabido ABC, el número dos de la Comunidad de Madrid «echó balones fuera» y atribuyó la propiedad más a los deseos de su esposa que a la posibilidad real de comprarla. En este punto, mudarse a esta ostentosa vivienda habría sido un escándalo, lo que modificó sus planes.

Lo que ocurrió a continuación y las pesquisas de la Guardia Civil y de la Fiscalía Anticorrupción apuntan a que el inmueble era, presuntamente, el pago de una comisión. Para ponerla a su nombre, Granados tenía que simular una compra-venta con un precio inferior al de mercado. También cabe la posibilidad de que Granados vendiera alguno de sus inmuebles con importantes plusvalías a un «comprador testaferro» y así hacer aflorar los fondos necesarios para dar apariencia de licitud a la compra de la mansión.

Frustrada la operación, la casa era tan desproporcionada que, seis años después de este episodio, nadie la habita. De hecho, las obras están sin terminar. Pese a que, en teoría, la casa estaba en venta, nunca se ha visto un solo cartel de «se vende» en la fachada. Fuentes de la investigación creen que la casa es de Granados, aunque no haya podido formalizar la propiedad, y menos tras la operación Púnica.

Serafín Faraldos, portavoz municipal del PSOE asegura a ABC que «ha quedado acreditado que Cid Sicluna y Granados estan detrás de la casa». En su momento «ya denunciamos que se unieran seis parcelas, algo que no estaba permitido», añade.

La investigación trata ahora de acreditar todos los extremos de la relación entre Granados y Ramiro Cid Sicluna. La empresa del constructor, Obras y Vías, ha estado presente en inumerables operaciones urbanísticas en Valdemoro durante el mandato de Granados (1999-2003) y de su sucesor, José Miguel Moreno (2002-2014), que también fue detenido en la operación Púnica. Decenas de miles de metros cuadrados de suelo público terminaron en manos de Cid Sicluna y de David Marjaliza, número dos de la trama, con precios inferiores al de mercado. Estos extremos ya están acreditados en la investigación. Para ello, el Ayuntamiento tasó los solares municipales muy por debajo del valor de mercado.

La casa está en la mejor zona de Valdemoro, en un alto del sector del Caracol, y cuenta con una gran terraza desde la que se divisa todo el municipio que gobernó Granados, su trampolín hacia los negocios inmobiliarios que luego extendería por toda la Comunidad de Madrid.