Sánchez y Garzón pierden el pulso en IU, que solo expedientan a sus líderes en Madrid

Garzón y Sánchez tuvieron que conformarse con un premio de consolación: la apertura de un doble expediente a sus principales adversarios para hacerse con el control de la federación madrileña. Tampoco prosperó la propuesta que defendían, entre otros casi todos los coordinadores regionales, de intervenir la federación madrileña para zanjar la crisis interna por la negativa de Gordo y Pérez a la desaparición en la capital de esta marca política que nació en 1986 a la izquierda del PSOE, conviertiéndose en bisagras de poder en gobiernos autonómicos como los de Andalucía, Asturias o Madrid.

La tormentosa reunión extraordinaria de la Presidencia Federal no claudicó a la presión del sector crítico que representa al 49% de las bases en Madrid, y que lideran Garzón y Sánchez, para deponer a los portavoces en la Asamblea y el Ayuntamiento y, de paso, neutralizar a dos de los principales obstáculos para consolidar la estrategia que cristalizó el jueves en la capital con la inclusión de IU en el partido instrumental Ganemos; en la práctica, la desaparición del histórico partido en la región, disolviendo sus siglas en un conglomerado que agrupa a movimientos sociales y ecologistas. El mismo bloque ya se había cobrado días antes otra cabeza de proyección nacional por idéntica razón: la de Miguel Reneses, número dos de Cayo Lara, que ayer fue sustituido por Adolfo Barrena.

Frente a la propuesta más drástica de suspender la militancia de los dos cargos institucionales (defendida por Enrique Santiago, cercano a Tania Sánchez) Lara defendió durante la tensa cita, en la que tomaron la palabra más de treinta personas, una opción intermedia: desautorizar políticamente a Gordo y a Pérez como portavoces de la coalición.

Una suerte de presión para que ambos abandonen la formación sin necesidad de expulsarles, cumpliendo así el mandato de la dirección nacional acordado en diciembre. Ángel Pérez, dirigente histórico de esta formación (que tocó techo electoral con Julio Anguita en 1996 con 2.639.774 votos y cuya proyección actual no llega a los 900.000), sostuvo que lo que ha sucedido en IU no es más que «una represalia política» y un «ajuste de cuentas» por oponerse a la confluencia con Ganemos, además de denunciar que de nada ha servido que los responsables regionales dieran un portazo hace unos días, con 45 votos a favor y uno en contra, a la pérdida de la identidad de la izquierda en la Comunidad de Madrid.

El grupo municipal de IU respaldó hace unos días por mayoría que Pérez se mantuviera como portavoz pese a la petición en contra de IU Federal de que dejara su cargo tras la polémica de las «tarjetas black». Por su parte, el portavoz en la Asamblea de Madrid, el otro miembro de IU expedientado, ha mantenido que para apoyar la convergencia que persigue Garzón la condición indispensable es la «no disolución en fuerzas que no hablan del programa». Una suerte de posiciones irreconciliables que ayer no hallaron salida.

Anoche distintos dirigentes denunciaban la situación de gravísima escisión en la que se encuentra la coalición. Apuntaban sobre todo a la derrota de los candidatos que acudirán a los compromisos electorales y que ayer no consiguieron el respaldo de la dirección nacional. Las mismas fuentes apuntaban a que «la cara de Tania Sánchez dejaba bien a las claras su escaso éxito en la resolución final».

Su compañero, Alberto Garzón, que había abandonado la reunión minutos antes de que acabara (sin conocer el final) remachó la necesidad de que «los portavoces madrileños sean expulsados, ya que no han querido dimitir pese a la petición que hizo la Presidencia Federal en diciembre».

Lara, que ayer «pasó un muy mal trago» según un miembro de su entorno, fiaba al encuentro de ayer la posiblidad de dejar una herencia «más calmada», toda vez que ha decidido no presentarse a las próximas elecciones. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Ahora, fuentes del partido apuntan a la posibilidad que Tania Sánchez e incluso Garzón abandonen dado que sufrieron ayer una importante desautorización. Y son –señalaban– «nada menos que los aspirantes a conquistar el Gobierno de la nación y la Comunidad».

Lara sigue sin cerrar los frentes que tiene abiertos: la fractura en Madrid con la formación de un frente popular que aniquila a IU; el riesgo de imputación que pesa sobre Tania Sánchez (a la que apoyó en diciembre) y la marcha, anunciada ayer, de Diego Valderas , hasta hace unos días vicepresidente de la Junta de Andalucía, y primera de las víctimas de laruptura del acuerdo de su formación con el PSOE de Susana Díaz.