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entrevista con rosa díez, Presidenta de UPyD

Rosa Díez: «Una alianza con Ciudadanos pondría en riesgo la demanda de limpieza y cambio»

Volverá a presentarse. Pero será la última. Y todo, a pesar del portazo a Ciudadanos y de las fugas de UPyD

Rosa Díez: «Una alianza con Ciudadanos pondría en riesgo la demanda de limpieza y cambio» Ignacio Gil

mayte alcaraz

Rosa Díez (Sodupe, Vizcaya, 1952) denunció la esclerosis del sistema y la crisis del bipartidismo cuando Podemos todavía se gestaba en las aulas de Políticas de la Complutense. Ha llovido tanto que parte del agua, además de inundar a los dos grandes, también ha calado a la líder de UPyD y obligado a achicar algunos litros en su propia casa. La frustrada unión con Ciudadanos y la bajada de intención de voto hacían temer que no se presentara a las generales. Sin embargo, no se va.

–Así que ha llevado la contraria a sus enemigos que decían que, después de su «no acuerdo» con Rivera, abandonaba...

–Me voy a presentar y va a ser la última, porque nosotros tenemos limitación de mandatos.

–Lo que pasa es que a UPyD se le sigue viendo como el partido de Rosa Díez. ¿Son conscientes?

–Sí. Y eso que hacemos todo lo posible porque se visibilice lo que existe, que es el equipo. Los ciudadanos tienen que ver a todos y no solo a mí. Al principio, pensábamos ingenuamente, cuando yo estaba sola en el Congreso, que se iba a resolver con el tiempo. Sobre todo en la medida en que empezaran a aparecer otras personas en otras instituciones y cobrar protagonismo en el día a día.

–Pues han fallado...

–Sí, hemos descubierto que no se arregla solo. Por el mero hecho de que, por ejemplo, Álvaro Anchuelo sea el diputado más activo en el Congreso, no se ha conseguido que los medios le llamaran automáticamente. Y lo mismo con Irene Lozano, que trabaja en temas de Defensa, Exteriores y que está en los medios de comunicación; o Ramón Marcos en la Asamblea de Madrid; o Gorriarán, etc... Pensábamos que se iba a trasladar la foto real de que esto es un gran equipo. Pero no ha sido así. Y tenemos que hacer un mayor esfuerzo.

–Igual algo ha tenido que ver la imagen que le persigue y que a usted no sé si le gusta que le recuerden: que Rosa Díez tiene un estilo personalista y un punto prepotente...

–El por qué me persigue no lo sé y tampoco me voy a poner melancólica. Yo creo que a eso tenemos que contestar con los hechos. Este es un partido que ha hecho 700 procesos de primarias. Aunque yo quisiera, que no quiero, no puedo poner a nadie al frente de una candidatura a partir de que tengamos 15 afiliados: siempre se tiene que elegir por primarias. La respuesta es la práctica.

–Pero igual esa impresión le acompaña no porque no sea democrático su partido a la hora de elegir candidatos, sino porque usted manda demasiado en la organización interna...

–No crea. La acusación cuando se formula es porque se dice que fulano manda tanto que pone a la gente que quiere. Nosotros tomamos las decisiones en los órganos democráticos. Y a la dirección del partido la eligen los militantes. Además de que la gestión también se vota, o sea que hemos introducido todo tipo de controles por encima de los que tiene cualquier organización política. Somos transparentes hacia dentro y hacia fuera. Nos ha dado Transparencia Internacional un 9 en nuestro funcionamiento. Nos ha colocado como el partido más transparente de España y eso está reñido con lo que usted me dice.

Díez, adornada en su solapa con una chapa que proclama «Yo denuncié a Bankia», parece haber interiorizado que hay un par de nombres que son insustituibles en cualquier entrevista que se le haga. Uno es Sosa Wagner, el candidato europeo que abandonó UPyD con un portazo; el otro, Albert Rivera, el líder de Ciudadanos con el que ha intentado entenderse sin éxito en cuatro ocasiones.

–Pero Sosa Wagner y hasta su sustituto Enrique Calvet, que ha pedido su retirada para renovar el partido, parece representar lo contrario: la disidencia mal digerida por UPyD...

–Es que si no hubiera crítica en UPyD no seríamos un partido democrático. Yo lo veo como una riqueza de una organización. El que quiera expresar su opinión que lo haga.

–Sí, pero hay formas y formas. Y Wagner no pareció muy contento...

–Creo que hay ámbitos para las propuestas políticas. Pero también es verdad que vivimos en una sociedad del siglo XXI y también se puede hacer en la plaza pública. El reproche al ámbito donde se hace la crítica, me parece menor.

–Pero la contestación de su partido no fue menor...

–Hombre, a mí me gusta conocer si hay alguna discrepancia, poder discutirla con el que la plantea, pero me parece menor. Creo que hay que aceptar como un valor que el que tenga algo que decir lo diga; y lo diga donde considere oportuno.

–Albert Rivera decía el pasado domingo en ABC que «cuando cambie la dirección de Ciudadanos» están abiertos a volver a intentar el acuerdo, aunque bajo otras premisas. ¿Se dio usted por aludida?

–A nosotros nunca nos ha preocupado la dirección de Ciudadanos, sino su política. Si no fue posible un acuerdo, una coalición preelectoral, no fue por la dirección. Sería un acto de soberbia por nuestra parte cuestionar la dirección de otra formación.

–¿Lo de soberbia va por Rivera?

–Nosotros creemos que lo que nos exigen los votantes es limpieza y cambio y una alianza con Ciudadanos nos hubiera llevado a no conseguir eso. Lo explicamos en un documento con 40 folios. Fuimos muy transparentes. Una alianza con Ciudadanos pondría en riesgo esa demanda de limpieza y cambio.

–¿Por qué?

–Hay que hacer política de otra manera, no como los viejos partidos y ser muy transparentes. No le damos lecciones a nadie y no tenemos ningún problema con la dirección de otro partido. Llegamos a acuerdos o no en función de las políticas. No de cuestionar direcciones.

–¿Fue un choque de trenes entre Díez y Rivera?

–Por parte de UpyD no. No sé si por su parte. Por la respuesta que le dio a usted, sí.

El contexto político no parece favorecer al grupo de Díez. Le recuerdo a la entrevistada que en los últimos meses se ha producido un trasvase de muchos afiliados y cargos medios desde UPyD a Ciudadanos. ABC ha publicado cómo los que fueran responsables de su formación en Galicia, País Vasco, Cantabria y Valencia se han ido al partido de Rivera. Y ha habido casos también en agrupaciones como Murcia y otras regiones. Rosa Díez me corrige...

–Simplemente le corrijo lo de muchos porque hay que ser veraces. Aunque ya sé que con uno que se pase es noticia. Si todos los medios analizaran las personas que están afiliadas al PSOE y se van a su casa o a otro partido, o lo que pasa en cualquier otra formación... Caramba.

–Pero hablamos de la suya...

–Si un ciudadano libremente se afilia a un partido puede cambiar e irse a su casa o a otro en el ejercicio de su libertad. Ni siquiera voy a empezar a comentar uno por uno. ¿Fulanito? Ah... Perdió las primarias y se fue a Ciudadanos... Ni aquí ni en ningún partido está nadie obligado a estar.

–Pero las encuestas castigan esas deserciones. Ciudadanos se convierte en la cuarta fuerza y ustedes, junto a IU, pierden apoyos...

–Las encuestas tienen su interés. Pero nunca UPyD ha dependido de las encuestas. Analizamos los sondeos porque son el instrumento que le da a los ciudadanos la posibilidad de expresar lo que sienten. En ese sentido, nos importan porque son la expresión de un sentimiento. Nosotros dependemos de nuestro trabajo. También hemos sido siempre una organización mucho más comprometida con la política o con la forma de hacerla que con el cálculo electoral.

–Pero ¿querrán ganar no?

–Claro que queremos ganar las elecciones. Pero siempre nos ha importado mucho más la política que el cálculo electoral. Eso es la vieja política, la del cálculo electoral. Lo vemos cada día en el Congreso, en las instituciones..., defender cosas por encima de tus principios. Y nosotros nunca traicionaremos eso. Hemos venido a cambiar España y eso no lo traicionaremos por ningún interés electoral.

–Pero a la vista de los sondeos, ¿no se ha arrepentido de haber conseguido la suma de votos con Ciudadanos?

–No podemos arrepentirnos de ser coherentes y de poner la política por encima del cálculo electoral.

–¿Ha dicho usted que el único proyecto para España de Rivera es destruir UPyD?

–Mi proyecto es lo único que me importa.

–¿El de la tercera vía?

–No es mi proyecto la tercera vía. Es una alternativa de lo que hay, de la política vieja. Nosotros llevamos siete años como partido y algunas cosas las hemos demostrado. Por ejemplo: siete años, cero corruptos.

–Podemos parece no poder decir lo mismo últimamente...

–Podemos, en lo que es muy innovador, es en que ha cambiado no cuando ha llegado al Gobierno, sino cuando ha llegado a la oposición. Si sigo diciendo que soy bolivariano, no voy a tener votos. Esa es la vieja política. El cálculo por encima de los principios.

Díez, al introducir en la conversación al grupo de Pablo Iglesias, parece dejar sentado que su irrupción en la política tiene mucho que ver con la demanda de partidos nuevos que, como el suyo, abrieron camino contra PP y PSOE. Eso sí, está decidida a marcar distancias.

–¿Usted pactaría con Pablo Iglesias?

–Podemos hizo un discurso antes de las elecciones para derribar el sistema. Ahora hace otro. Nosotros no favoreceremos que nadie gobierne con los vicios de la vieja política. Esto es determinante. Y marca nuestra línea roja. Y hay otras: no pactaremos con nadie, ni para que nos apoye ni para apoyarles, que tenga imputados en sus listas o en la dirección de su partido. Y si hablamos de política nacional, el compromiso de que la educación sea una competencia del Estado y de que se invierta en ese campo como elemento clave determinará cualquier tipo de apoyo. El PIB define lo que somos hoy; lo que invirtamos en educación define lo que queramos ser mañana.

–Pero para pactar ¿mejor Podemos o el PP?

–Yo parto de la base de que estamos hablando de partidos que se comportan democráticamente.

–¿Es de derechas o de izquierdas?

–Soy una persona progresista. Lo que me lleva a ponerme del lado de las personas más débiles, de las que más necesitan de la política.

–Pero Rivera decía que vamos a una España con cuatro partidos entre los que no estaba el suyo...

–Estamos en una España mucho más plural y diversa desde la óptica política. Ni es mi intención ni mi tarea excluir a nadie, lo mismo que no lo es decidir quién tiene que dirigir otras fuerzas políticas. No me corresponde a mí decidir quién está en las instituciones.

–¿Cómo afronta el 24 de mayo?

–Afrontamos las elecciones municipales y autonómicas con muy buenas perspectivas y mejor ánimo. Nos presentamos en toda España, como partido nacional sólidamente asentado, y ya hemos elegido en primarias a todos los candidatos autonómicos (incluso al de Andalucía), a todos los cabeza de lista de las capitales, a los de la mayoría de grandes ciudades y finalizaremos el proceso en febrero. Va a suponer un gran salto para nosotros, pues todas las encuestas que conocemos nos sitúan dentro de, al menos, nueve parlamentos autonómicos y en muchas capitales.

–¿Hay que reformar de arriba a abajo la Constitución?

–Es una exigencia de los ciudadanos que las instituciones democráticas funcionen. Y el modelo territorial que hemos diseñado y desarrollado sin orden ni concierto en el que convive un modelo federal (aunque lo llamemos autonómico), un modelo confederal (que son los estatutos de Navarra y el País Vasco) y un modelo centralista, que son las diputaciones, por simplificar mucho, es un inviable e insostenible.

-¿Pero habrá algo innegociable?

–Sí. Los artículos que recogen la igualdad, la justicia y la libertad. Y eso significa que las instituciones tienen que servir a esos derechos. Con ese modelo territorial triple es imposible servir a esos derechos que se proclaman. Que son derechos fundamentales, no revisables, como no lo son en ninguna Constitución.

–¿Le ha alarmado estos días que Luis Bárcenas, extesorero del PP, salga de la cárcel?

–La alarma social debiera ser que la justicia funciona tan lentamente que deja de ser justicia. Justicia demorada, justicia no cumplida. Aquí la cuestión es por qué lleva año y medio en situación de prisión preventiva. Hay que cumplir los tiempos penales y para esos hay que dotar de medios humanos a la Justicia: más jueces y más funcionarios.

Antes de terminar, Rosa Díez dice que lo que le preocupa de las críticas es saber si son razonables. «Me lo enseñó mi padre», añade.

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