Cuatro millones de «censados» no acudieron al llamamiento soberanista

El número potencial de posibles participantes llegaba a 6,3 millones, según la organización diseñada por el Gobierno autonómico de Mas. Ahí se incluyen los mayores de 16 años, los extranjeros extracomunitarios y los catalanes en el extranjero. De ese total, acudieron a las urnas 2,3 millones de personas, el 36,5 por ciento del «censo», y eso después de un año de campaña independentista ininterrumpida y de movilización masiva desde el poder. Los que dijeron «sí» a la independencia fueron 1,86 millones, el 29,5 por ciento del «censo» . Siete de cada diez «censados» no han respaldado, por tanto, la secesión de Cataluña.

El supuesto dato de participación es considerablemente menor que el de todas las convocatorias electorales que se han hecho en Cataluña al menos desde el referéndum sobre el Estatuto de Autonomía de 2006, que puede servir de punto de inicio para una comparación aproximada.

La participación del 9-N ha sido la mitad de la que se produjo, esta sí oficialmente, en las últimas elecciones autonómicas, en noviembre de 2012 . En aquel momento, con un censo oficial de 5,25 millones de personas, votaron 3,66 millones, casi el 70 por ciento del total. Nada que ver con la movilización del pasado domingo, en la que la inmensa mayoría de la población no participó en el simulacro de consulta. La abstención en esos comicios autonómicos fue de 1,8 millones de personas, el 34,8 por ciento del total.

La segunda participación más alta de la última década se registró en las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 . En la Comunidad Autónoma de Cataluña, votaron 3,5 millones de ciudadanos, el 65,16 por ciento de los que estaba censados (5,4 millones). Son casi 30 puntos más de participación que los conseguidos el pasado domingo . Eso sí, en las generales hubo una campaña de 15 días, como manda la ley electoral, con presupuesto tasado para que los partidos puedan emplearlo en su propaganda y en pedir el voto de los ciudadanos. Es otra diferencia más respecto al 9-N. La Generalitat no ha ahorrado en tiempo ni presupuesto para organizar a su medida la consulta ilegal sobre la independencia de Cataluña. Una campaña que puede tener como punto de inicio el 12 de diciembre de 2013, cuando Mas anunció las preguntas que iba a imprimir en sus papeletas, y empezó una movilización que no acabó hasta el mismo domingo pasado. Y todo sin un límite legal presupuestario. Solo en el simulacro del 9-N, posterior a la suspensión del referéndum original, la Generalitat ha gastado 3,5 millones de euros.

La participación del 9-N, por tanto, ha sido muy inferior a la que se produzco en las autonómicas de 2012, y también en las generales de 2010. ¿Qué ocurrió con las elecciones europeas del pasado mes de mayo ? Suele ser una cita con una alta abstención en toda España, y en este caso no fue una excepción. Aun así, votaron muchos más catalanes que el pasado 9 de noviembre. La participación de las europeas llegó al 46,18 por ciento solo en Cataluña, con una abstención del 53,82 por ciento.

El 9-N también se sitúa por debajo de otras citas electorales en términos de movilización ciudadana. Por ejemplo, en las elecciones autonómicas catalanas de 2010, llegó al 58,78 por ciento (votaron 3,2 millones de ciudadanos). Y también hubo más votantes en el referéndum sobre el nuevo Estatuto de Autonomía, en 2006 . La participación en este caso fue del 49,24 por ciento, con una abstención del 50,59 por ciento.

Todos estos datos comparados demuestran que el número de votantes del 9-N no es lo aplastante que pretende hacer creer el Gobierno autonómico de Mas. Al contrario, se trata de la cita política con urnas que menos ha atraído a los catalanes y que más desafección ha producido entre la gran mayoría de los ciudadanos en aquella Comunidad Autónoma.

El 9-N ganó el «sí-sí» que lideraban y pedían los promotores de la consulta. Según sus propios datos, 1,86 millones de personas se mostraron a favor de que Cataluña sea un Estado independiente. Una cifra que supone el 29,5 por ciento del «censo» programado por los nacionalistas. Es decir, no llega a un tercio del total de votantes a los que ha ido dirigida la campaña de la Generalitat durante el último año.

En realidad, el llamado «bloque soberanista» suele sumar mayoría en las urnas, pero en el conjunto de la sociedad su porcentaje baja de forma considerable. Por ejemplo, en las elecciones autonómicas ese bloque formado por CiU, ERC, ICV y CUP obtuvo dos millones de votos, sobre un censo de 5,25 millones de catalanes: el 38 por ciento.

En las elecciones generales de noviembre de 2011, los partidos soberanistas sumaron 1,54 millones de votos, con un censo de 5,4 millones: el 28,5 por ciento del total. En los comicios autonómicos catalanes de 2010, alcanzaron 1,75 millones de votos: el 32,8 por ciento del censo oficial.

En el referéndum sobre el Estatuto de Autonomía, en 2006, votaron a favor del nuevo texto 1,88 millones de personas, aunque en este caso habría que sumar otros votos procedentes del PSC, entre otros partidos que querían cambiar la norma autonómica. Fueron el 36,5 por ciento del censo total, siete puntos más que los que apoyaron la independencia el 9-N.