El «harakiri» del PP balear
Las continuas y graves disensiones internas en el seno de la formación popular del Archipiélago pueden conducir a la pérdida de la mayoría absoluta en los comicios de 2015
josep maría aguiló
En las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2011, el PP obtuvo en Baleares la mayoría absoluta en las principales instituciones del Archipiélago, lo que suponía volver a gobernar en la Comunidad tras la poco afortunada experiencia del segundo Pacto de Progreso, que presidió ... el socialista Francesc Antich. El mensaje de renovación que ofrecía el popular José Ramón Bauzá caló entre la ciudadanía y le aupó hasta la presidencia del Ejecutivo autonómico. Algo más de tres años después, el balance económico que puede presentar Bauzá en relación a la reducción del déficit y a la creación de empleo es muy positivo, pese a la nefasta herencia recibida del tripartito que conformaron el PSOE, el BLOC y UM. Por otra parte, la alargada sombra de la corrupción, tan presente en las últimas legislaturas, parece formar hoy ya sólo parte del pasado.
Sin embargo, las perspectivas electorales para los comicios de 2015 no son nada halagüeñas para los populares de las Islas, no tanto a causa de su gestión en las instituciones o por la labor de la oposición, sino sobre todo por las continuas y graves disputas internas en el seno del PP desde hace más de un año . Esas disensiones han conducido ya, por ejemplo, a una ingobernabilidad intermitente en el Ayuntamiento de Ibiza, que de momento ha contado ya con dos alcaldesas en este mandato y que este lunes ha elegido a una tercera, Virginia Marí. Otro problema, en este caso en Mallorca, es el hartazgo del alcalde de Palma, Mateo Isern, por la campaña de acoso y derribo promovida contra él por un representante de la «vieja guardia», el presidente del PP de Palma, José María Rodríguez, que fue secretario general de la formación en Baleares en la etapa de Jaume Matas.
La situación política es tan extremadamente grave en el PP de la capital balear, que Isern tiene prácticamente decidido no presentarse de nuevo a la reelección como alcalde, a pesar de ser uno de los políticos más valorados de la Comunidad, a causa de las continuas maniobras de Rodríguez y de sus seguidores contra el todavía primer edil. La última de ellas, la de promover unas primarias en otoño para intentar debilitarle, según desveló el pasado viernes el diario local Última Hora.
A ello hay que añadir ahora un nuevo quebradero de cabeza inesperado para Bauzá, en este caso en relación a las prospecciones petrolíferas previstas en aguas del Archipiélago . El presidente balear lleva meses expresando públicamente su oposición a que en un futuro puedan realizarse ese tipo de sondeos en el Mediterráneo, posición que reiteró el miércoles de la pasada semana ante el Rey. Aun así, un día después Bauzá se vio obligado a reconocer, a preguntas de los medios, que desconocía la existencia de un informe elaborado por la Consejería de Medio Ambiente en julio de 2013 en donde se alertaba de las consecuencias negativas que habrían tenido para las especies marinas unas pruebas realizadas en abril del pasado año frente a las costas de Baleares.
Bauzá respondía, de este modo, a una información publicada por Diario de Mallorca, en donde se señalaba que el Ejecutivo autonómico habría ocultado que hace más de un año la Dirección General de Medio Rural y Marino redactó un informe, dirigido al Gobierno central, en el que se criticaba la realización de dos sondeos de prospección sísmica, con cañones de aire comprimido, en las proximidades del Archipiélago. Estas pruebas, supuestamente realizadas hace 16 meses por la empresa Seabird Exploration, habrían afectado negativamente a los cetáceos de la zona, según se señalaba en las conclusiones del citado documento.
El presidente balear añadió el pasado jueves que ya había hablado con el consejero de Medio Ambiente, Biel Company, para que le informase sobre este asunto. Por su parte, Company señaló que su departamento no habría ocultado el citado informe, ya que «el documento forma parte de un expediente que se envió al Ministerio de Agricultura y, por tanto, tiene registro de salida y está en la Comisión Balear de Medio Ambiente».
De momento, los dos principales partidos de la oposición, el PSOE y la coalición econacionalista MÉS, han exigido ya al PP que dé explicaciones sobre el mencionado informe y sobre el hecho de que no se haya conocido hasta ahora, un año después de su elaboración.
La aparición de ese documento justo ahora debilita la imagen del presidente balear, tanto si conocía su existencia como si no la conocía, en el primer caso porque habría mentido y en el segundo caso porque uno de sus más destacados colaboradores le habría ocultado información. En cuanto a la credibilidad del consejero de Medio Ambiente, ha quedado en entredicho, sobre todo después de que el pasado sábado Diario de Mallorca revelase que en diciembre de 2011 Company desoyó el criterio de sus técnicos y optó por no oponerse entonces a los sondeos sísmicos que Seabird quería realizar más adelante. No obstante, también es cierto que en un informe redactado en aquellas fechas por la Consejería, este departamento expresó al Ministerio de Agricultura su «preocupación» por las posibles «repercusiones ambientales, sociales y económicas» que podrían provocar dichas prospecciones. En cualquier caso, la discrepancia pública mostrada la pasada semana por Bauzá y por Company pone en evidencia la mala relación personal que desde hace meses mantienen ambos de manera soterrada.
En este contexto, en el seno del propio PP balear hay quienes también consideran que, por otra parte, en el último año Bauzá se ha desgastado en exceso en algunas otras cuestiones, como por ejemplo con su empeño en aplicar en esta legislatura el polémico decreto de Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL), que aboga por una enseñanza trilingüe en los colegios y supone en la práctica el fin de la inmersión lingüística en catalán. Por todo ello, en estos últimos meses el incipiente sector crítico empezaba a ver a Isern o a Company como hipotéticos sustitutos de Bauzá. Isern siempre se ha autodescartado en este sentido, lo que no ha impedido un enfriamiento de las relaciones con Bauzá, mientras que Company no se ha pronunciado sobre esa posibilidad.
Sea como sea, el principal y verdadero dilema al que se enfrenta hoy el PP balear es el de decidir si prefiere hacerse ya definitivamente el «harakiri», por el incesante goteo de divisiones y de disputas internas, o si opta finalmente por la seriedad y por superar las actuales rencillas personales para intentar remontar el vuelo en las encuestas.
El «harakiri» del PP balear
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