Preocupación en el PSOE por la imagen de falta de limpieza que da con los avales

No les gustan las «sospechas» que la candidatura de Madina está induciendo sobre la limpieza del proceso. De hecho, el recuento de los avales se prolongó toda la noche del viernes, hasta las 7.30 del sábado, por el «exceso de celo» que mostró el equipo del candidato vasco en comprobar la legalidad de los 9.912 avales obtenidos por José Antonio Pérez Tapias , tercero en liza, reconocen a este periódico fuentes de la Dirección Federal. Aunque el propio Madina niega que su objetivo fuera echar de la carrera al de Izquierda Socialista —que logró solo 34 apoyos por encima del mínimo exigible para ser candidato—, tanto Pérez Tapias como Pedro Sánchez creen lo contrario. Argumentan que Tapias le restará voto por la izquierda y eso le puede impedir a Madina salvar su diferencia con el hoy favorito, Sánchez.

Pero lo que más enoja a muchos de esos dirigentes es que Madina haya exigido conocer la procedencia territorial de los avales, solo para constatar la enorme diferencia de apoyo en Andalucía a favor de Pedro Sánchez (2.698 frente a 14.389 avales) y traspasarle así la etiqueta de «candidato del aparato». Los barones intuían ya el sábado que eso desembocaría en un enfrentamiento a cara de perro entre él y la federación más poderosa, lo cual efectivamente ocurrió ayer. «No me gustaría que nadie en mi partido tuviera la tentación de comprar la idea del PP de que el voto del andaluz vale menos o que el andaluz no sabe lo que vota o decide», avisó ayer a Madina una tajante Susana Díaz.

Otros dirigentes que, como ella, apoyan a Sánchez aunque no hayan hecho explícita su preferencia, sostienen en privado que los movimientos de Eduardo Madina están siendo los de «un perdedor» y no los de alguien que «debería ser consciente de que al día siguiente de la elección tendrá que mandar a los que ahora acusa». La preocupación de estos barones se suma a la expresada en las últimas semanas por otros de la «vieja guardia», como Felipe González o Juan Carlos Rodríguez Ibarra, muy críticos ambos desde siempre con cualquier tipo de primarias; para ellos este proceso se está convirtiendo en una mera «lucha de poder» que no garantiza un liderazgo fuerte cuando se cierre el congreso extraordinario a partir del 27 de julio.

De forma significativa, el líder castellano-manchego, Emiliano García-Page, terció en la polémica sin echar más leña al fuego, al instar a los candidatos a hablar de todo menos de la bronca. «Pido que desde aquí hasta el próximo día 13 se dediquen a hablar de España y de los problemas de los españoles y a plantear nuevos caminos».

De momento, la Dirección Federal se aferra al «éxito» que ha supuesto que solo en el proceso de avales hayan participado 76.488 de los 197.468 militantes, un 38,6%. Habrá que ver si el 61,4% restante que no lo ha hecho se acerca a votar a las «casas del Pueblo» y agrupaciones socialistas el día 13. De hecho, uno de los grandes temores de los aparatos regionales, al margen de la bronca Madina-Sánchez , es que no se detecta una movilización especialmente grande. Un dato revelador lo constituye el hecho de que solo 1.647 (20,13%) de los 8.178 militantes de las Juventudes Socialistas, que, por edad, deberían ser las más implicadas en todo el proceso, han dado su aval a alguno de los tres candidatos.

En los aparatos regionales cunde la sensación de que el censo oficial (197.468) está inflado, es decir, que buena parte de los que ahí figuran o no militan ya o están ilocalizables. Y los dirigentes de las federaciones temen que a esa abstención «técnica» se sume la no participación de muchos que el domingo 13 de julio (final del Mundial de Fútbol de Brasil) ya estarán de vacaciones. Si eso ocurre y la participación supera por poco la mitad del censo, la sensación de fracaso y la debilidad de liderazgo del elegido cobrarían protagonismo.