Madre e hija podrían ser condenadas al menos a 20 años de cárcel

Una confesión que, de haberse ratificado en sede judicial, podría dar lugar a una condena de al menos veinte años de prisión por un delito de asesinato. María Montserrat González Fernández, de 55 años, y su hija Montserrat Triana Martínez González, de 35, han pasado ya sus primeras horas en prisión bajo el protocolo de prevención de suicidios.

Anoche, madre e hija fueron puestas a disposición judicial y declararon ayer por separado en el Juzgado, ante juez, fiscal y abogado de la Defensa. La primera en hacerlo fue la madre: de 8.00 h de la tarde a 12.00 de la noche; y a continuación lo hizo la hija, hasta las 04.15 de la madrugada, según han informado fuentes jurídicas. El objetivo del juez el instructor del caso era lograr que la madre realizara la misma declaración que les espetó a los agentes que la custodiaban . En torno a las cuatro de la mañana finalizaba la declaración de ambas y en ese momento la juez dictaminaba prisión provisional —comunicada y sin fianza— para ambas. Pocos minutos después las dos detenidas eran trasladadas a la prisión de Villahierro, en la localidad de Mansilla de las Mulas.

Al ser las actuaciones secretas —la juez ha establecido el secreto sumarial—, no estuvo presente la acusación particular, que ya se ha personado en la causa. La instrucción continúa, a la espera de conocer el informe final de la autopsia y de que la juez cite a declarar a diversos testigos de los hechos, entre otras actuaciones. La juez levantará el secreto de sumario en cuanto lo estime conveniente.

María Montserrat González Fernández confesó ante la Policía que cometió el crimen por «odio personal» y que quiso vengarse por el trato que Carrasco había dado a su hija, que fue cesada de la institución provincial en 2011, según fuentes de la investigación.

Además, la Policía ha encontrado en la vivienda de la hija planos y documentos que, a la espera de un análisis más en profundidad, pueden confirmar que las arrestadas intentaron cometer el crimen en otras ocasiones.

Pese a que en un principio las dos detenidas se negaron a declarar ante la Policía, finalmente la madre se derrumbó y confesó que había sido la autora del crimen, perpetrado con un revólver de la marca Taurus, del que se habían percutido 3 de sus 6 balas.

Además de estas dos detenidas, también está imputada, aunque en libertad, una policía municipal de León, cuya identidad corresponde a las iniciales R.G., de 41 años, adscrita al servicio de barrios, que entregó en comisaría el arma homicida y aseguró que la encontró en su coche, que había prestado a la más joven de las detenidas, con la que tiene una relación de amistad.

Está previsto que esta imputada preste declaración judicial en los próximos días.