El asesinato de Isabel Carrasco se planeó hace dos años y lo intentaron varias veces

Estos nuevos datos, junto a las recortes de prensa y fotografías de la presidenta de la Diputación de León que la Policía ha encontrado en el ático de la hija, demuestran que el odio de las dos detenidas hacia Carrasco se venía larvando desde hace mucho tiempo. La presunta asesina conocía perfectamente las costumbres de la víctima y sabía que el lunes tenía previsto acudir al mitin del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Valladolid.

El arma homicida está en manos de los agentes que investigan el caso después de que una policía local lo entregara ayer después de llamar por teléfono a otro agente. Fue Montserrat Triana Martínez, la hija de la mujer que ha reconocido disparar a Carrasco, quien minutos después de perpetrarse el crimen se vio con la agente, a quien le une una íntima amistad, y le entregó una bandolera. La policía, que declaró anoche en comisaría y también esta mañana, está imputada.

Según fuentes consultadas por ABC, la agente, que pertenece a la policía municipal de León, está siendo investigada por si colaboró en el crimen o tenía conocimiento de los hechos . Alega que no sabía lo que contenía la bandolera que Montserrat Triana, de 35 años, le entregó en su vehículo. El arma homicida es un revólver del calibre 38, conocido en el argot como un «arma de señorita», de la marca Taurus. Tenía el número de serie borrado y se habían realizado con él tres disparos. Las dos detenidas compraron el revólver a un delincuente de fuera de León.

Los hechos ocurrieron poco después de que Isabel Carrasco fuera asesinada en una pasarela sobre el río Bernesga. Montserrat González Fernández, de 55 años, y su hija salieron tras la presidenta de la Diputación de León cuando esta abandonó su vivienda y recorrió los apenas 50 metros que separan el portal de la pasarela sobre el río. La madre se acercó por la espalda de Carrasco y sin mediar palabra disparó en la nuca, casi a cañón tocante. Con la víctima ya caída, volvió a apretar el gatillo.

Según el relato del policía jubilado que presenció el asesinato, la asesina se giró y comenzó a caminar con la única precaución de taparse la cara con un pañuelo donde se encontraba su hija, que se había quedado rezagada unos metros. Ambas se retiraron de la zona sin correr y después se separaron. La mujer llegó a la Gran Vía de San Marcos, donde estaba aparcado su Mercedes. Allí fue retenida por la Policía Local, que había sido avisada por el policía jubilado, hasta la llegada de la Policía Nacional.

En pocos minutos -en ningún caso llegan a siete- se presentó su hija, que también fue detenida. Montserrat Triana aprovechó estos minutos para desprenderse del arma . Se había citado con la policía local y le entregó un paquete. Los agentes estuvieron buscando durante el lunes y el martes el arma homicida, pero la tercera detenida no la entregó hasta ayer. Alega que desconocía lo que había dentro del bolso que le entregó la hija de la presunta asesina. En la declaración de hoy, ha asegurado que se encontró la bandolera en la guantera de su coche.

Montserrat González, la madre, se negó a hacerse la prueba del « kit del disparo », pero la juez la obligó. El análisis, junto con todas las muestras recogidas en los registros y durante la autopsia, se han enviado a la Comisaría General de Policía Científica para su análisis. Aún es pronto para que haya resultados. Madre e hija mantuvieron una actitud muy fría en las horas posteriores a su detención, pero en la noche de ayer comenzaron a declarar a la vista de las numerosas pruebas en su contra, y la madre ha terminado confesando lo que los investigadores sospechaban. Ella fue quien disparó a Isabel Carrasco. Montserrat explicó que quiso vengarse por el trato que Carrasco había dado a su hija, que fue despedida de la institución provincial, y llevaba dos años planeando el crimen, según ha confirmado ABC. Las dos detenidas fueron sometidas anoche a un careo y sus declaraciones son diferentes, pero no contradictorias. Ambas serán puestas a disposición judicial esta tarde.

En el registro del ático que tiene Montserrat Triana en León la Policía ha encontrado otra pistola, medio kilo de marihuana y varios recortes de prensa y fotografías de Isabel Carrasco, lo que indica que las dos detenidas llevaban varios meses planeando el asesinato. La tesis que manejan los investigadores es que madre e hija estaban obsesionadas con Isabel Carrasco y la culpaban de su situación. El contencioso administrativo que mantuvieron la hija de la asesina y la presidenta de la Diputación es el detonante. Según fuentes consultadas, el odio se venía larvando desde hace mucho tiempo porque se pasa de una relación de amistad a otra de animadversión total. Los agentes han encontrado también varios ordenadores portátiles que todavía no han sido rastreados.

Pablo Antonio Martínez, el padre y marido de las dos implicadas en el asesinato, el inspector jefe de la Comisaría de la Policía Nacional de Astorga (León), ha renunciado a su cargo y ha solicitado un cambio de destino a sus superiores, que han aceptado esta petición y que será trasladado a otro destino fuera de León.