Sáenz de Santamaría cierra filas con el PP vasco: «Les mataron por ser del partido»
La vicepresidenta, a Arantza Quiroga: «Contáis con el apoyo y aliento de muchos en toda España»
ITZIAR REYERO
Era el capote necesario en un momento de máxima zozobra. La visita a Bilbao de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría , debía servir para escenificar un cierre de filas en torno a un PP vasco consternado por la «profunda incomprensión» hacia su ... discurso más «moderado», ahora que ETA no mata, y que ha originado afiladas críticas por parte de algunos de sus excompañeros y un sector de las víctimas.
Y el guión previsto se cumplió al salir Sáenz de Santamaría en defensa, una vez más, de sus compañeros vascos, a quienes ha vuelto a situar como el «referente de libertad y alternativa» en el País Vasco recordando que son aquellos mismos jóvenes que a principios de los noventa se afiliaron al PP con «coraje» y demostraron un «firme compromiso» con sus ideales de libertad . «Les quitaron la vida por ser del PP», ha constatado mencionando que mientras «algunos miraban para otro lado» o «callaban» ante el hostigamiento de ETA y su mundo, la ahora generación de dirigentes del PP vasco –Arantza Quiroga, Iñaki Oyarzábal, Alfonso Alonso, Borja Sémper…- ya defendía entonces la democracia con un «enorme coste personal».
En un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Forum en Bilbao, Sáenz de Santamaría ha glosado la «figura política» de la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, de quien ha resaltado su «voluntad política inquebrantable» demostrada en los últimos veinte años de trayectoria. «Hoy sigue aquí defendiendo lo que defendía entonces, con más determinación que nunca», ha asegurado en apoyo a su dirección que deberá ser ratificada en un congreso asambleario a principios de marzo. Lo ha hecho sin aludir expresamente a las críticas recibidas en los últimos días por quienes , como María San Gil, les acusan de connivencia con Bildu y de faltar a sus principios por pactar con el PNV.
Ejercicio de «pedagogía»
Atendiendo a la llamada de su formación en el País Vasco para que el resto del PP y el Gobierno hagan «pedagogía» en el resto de España sobre el nuevo escenario abierto tras el abandono de la violencia de ETA, Sáenz de Santamaría ha vuelto a insistir en que los demócratas, «con la ley y el Estado de Derecho» han «derrotado al terrorismo». También ha reiterado que «este Gobierno no baja la guardia» en su lucha contra ETA, recordando que desde 2012 se han detenido a 96 miembros de la banda, y ha concluido que la «única salida» es su disolución, «sin condiciones, sin concesiones».
La vicepresidenta del Gobierno ha arropado así al equipo de Arantza Quiroga, presentes todos sus cargos en el hotel Carlton de Bilbao donde se ha celebrado el desayuno. «Todos habéis hecho posible que el PP sea referente de libertad y alternativa en el País Vasco. Contáis con el apoyo y el aliento de muchos en toda España», ha zanjado en un gesto público de arrope que los suyos esperaban.
Quiroga quiere un PP «moderado»
Agradecida, Quiroga ha recogido el guante de la vicepresidenta y ha llamado a la formación popular a no «dejarse llevar por mensajes extremos», ya que, ha considerado la dirigente vasco, «en vez de conducirnos hacia la centralidad y la moderación que la ciudadanía nos exige… nos escoran inconscientemente a los extremos por culpa de nuestros propios intereses».
La presidenta de los populares vascos ha cimentado su discurso sobre la necesidad de adaptarse al momento –«con viejas recetas no se solucionarán los desafíos» nuevos– y de asumir como un relevo natural la salida de primera línea de exlíderes como Jaime Mayor Oreja. «Hay mucho ruido y poca memoria. Algunos nos ven jóvenes…» ha recalcado en defensa de sus compañeros del PP vasco que crecieron al abrigo del propio Mayor Oreja y «están donde siempre han estado».
Liderazgo de los demócratas
Quiroga ha defendido los pactos «más amplios posibles», también con el PNV de Iñigo Urkullu, al que pretenden atraer para coliderar con el Gobierno central y el PSOE el final de ETA. «A nadie le puede extrañar. No es nada novedoso (…) Hay una confusión malintencionada. Llegar a acuerdos no significa que estés perdiendo tus principios. No es así», ha sentenciado tras recordar que la «historia del PP», «un partido abierto», tiene otros ejemplos de pactos alcanzados con los nacionalistas, como en el caso de la primera legislatura de José María Aznar.
Tras reclamar ese «liderazgo democrático» que a su juicio deben compartir los gobiernos vasco y central, sí ha lanzado una advertencia a Urkullu para que no se envuelva en las exigencias del mundo de Batasuna y los presos de ETA: «No quiero un lendakari que diga que tiene mucho más en común con Bildu que con el Partido Popular. No quiero un lendakari que diga que tiene más en común con los victimarios por su sentido de pertenencia que con las víctimas».
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