Víctimas de ETA en tierra de lobos

La primera estación de este periplo será Mondragón, el municipio que ha cogido con cariño a Jesús María Uribetxeberria Bolinaga , autor del secuestro de José Antonio Ortega Lara y del asesinato de tres guardias civiles. Desde que quedó en libertad debido al cáncer que padece, «Boli», a diferencia de Ricart o del «violador del ascensor», que al salir de prisión escondieron sus vergüenzas con capuchas o cascos, airea su curriculum de asesino y torturador por bares, calles y parques de su villa natal . Una localidad en la que ETA ha asesinado a varias personas, la última, el exconcejal del PSE Isaías Carrasco.

Viaje a «territorio txeroki»

En este intento de desagraviar víctimas y exigir «impunidad cero» para los pistoleros de la banda, tantas veces vitoreados, los amigos de la AVT recalarán después en Elgoibar, escenario, también, de la limpieza étnica compartida durante años por ETA y Batasuna . La que acabó con la vida, por ejemplo, de Francisco Javier Zabaleta, después de que chivatos de la «izquierda abertzale», afincados en este municipio, le señalaran, sin pruebas, como traficante de drogas. Nadie ha pedido perdón, años después, por este crimen en Elgoibar, que sí jalea a su «hijo ilustre» Arnaldo Otegi. Por ello, las víctimas estarán este sábado allí y, después, en la vecina Eibar, donde mediante el mismo procedimiento y las mismas complicidades, ETA asesinó al empresario hostelero Sebastián Azpiri.

Ya en Vizcaya, los amigos de la AVT se trasladarán a Durango. Hace años, un alcalde del PNV puso a la plaza del Ayuntamiento el nombre de «Txiki y Otaegi», los dos etarras fusilados el 27 de septiembre de 1975, cuando agonizaba el franquismo. La brutalidad e injusticia de la muerte de ambos no justifica que se les eleve a la categoría de héroes, porque gente como ellos contribuyeron a que el terror de ETA se haya prolongado medio siglo. Los sucesivos alcaldes nacionalistas se han negato a retirar la infame placa. El itinerario concluirá en Elorrio, en el corazón del «territorio txeroki», localidad de acogida de uno de los pistoleros más sanguinarios de ETA, José Antonio López Ruiz, «Kubati», que tras abandonar la cárcel, liquidada la doctrina Parot, puede pasear por sus calles sin capuchas, sacando pecho, a la espera de homenajes y de pronunciar una clase de ética en alguna ikastola.