El abogado de Bárcenas sospecha que sus comunicaciones «no son secretas»

En el escrito presentado al juez del caso Gürtel , al que ha tenido acceso Efe, Gómez de Liaño refiere también que la semana pasada no pudo entregar un sobre con documentos jurídicos a Bárcenas porque los funcionarios de la prisión madrileña de Soto del Real pidieron comprobar su contenido por «órdenes de la superioridad».

Gómez de Liaño explica que la naturaleza de los delitos imputados a Bárcenas, todos ello de índole económica, exige el manejo y análisis de una voluminosa y compleja documentación «muy relevante» para el ejercicio de su derecho de defensa.

«Si a ello se suman las circunstancias personales de Bárcenas y la ausencia de riesgo para la seguridad, la necesidad de que esas visitas se lleven a cabo sin ningún tipo de barrera resulta aún más justificada», explica el letrado.

El abogado de Bárcenas apoya su petición en una reciente sentencia de la Audiencia Nacional en el caso Crucero, del que fue ponente el actual magistrado del Tribunal Constitucional Enrique López, que ordenaba a la prisión que permitiera la comunicación entre abogado y cliente en un lugar sin barreras físicas.

Según Gómez de Liaño, la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos mantiene, asimismo, que la separación entre cliente y abogado por un cristal cuando no está justificada por razones de seguridad «viola la confidencialidad entre ambos y hacen imposible tratar cuestiones relacionadas con la defensa».

En este sentido, y «sin poner el dedo acusador sobre nadie», el letrado de Bárcenas asegura que en el momento presente tiene «base suficiente para creer que las conversaciones o comunicaciones» con su cliente «no son tan reservadas o secretas como deberían serlo».

Como «botón de muestra» de lo que afirma refiere el letrado que el pasado viernes día 19, a las 19.50 horas, al término de una visita en la cárcel, quiso dar al preso un sobre cerrado con varios documentos jurídicos, pero no pudo hacerlo.

«La entrega no se realizó al no consentir, por inaceptable, la condición impuesta y que consistía en que, según órdenes de la superioridad», según dice el letrado que le indicaron los funcionarios con su «habitual cortesía», «antes de dar el sobre al señor Bárcenas tenían que abrirlo y ver qué documentos contenía».