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El PSOE más «español» clama contra su deriva territorial

ABC pregunta a cinco dirigentes socialistas qué opinan de la relación con el PSC y la autodeterminación

El PSOE más «español» clama contra su deriva territorial abc

gabriel sanz/laura l. caro

El pasado lunes, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, afirmaba en rueda de prensa que su partido no se opondría a que , durante el debate de una hipotética reforma constitucional como la que defiende el PSOE, se hable del derecho de autodeterminación . Al fin y al cabo, vino a decir, de poco serviría que su partido y el PP se opusieran porque el debate «está en la calle» y las fuerzas nacionalistas (CiU, ERC, PNV y BNG) lo forzarían en las Cortes con enmiendas.

El problema es que, cuando se le preguntó a micrófono abierto si el PSOE rechaza el denominado «derecho a decidir», no quiso decir sí para evitar indisponerse más con su socio catalán, el PSC , viéndose luego obligada a ello en el habitual corrillo con periodistas. Sin quererlo, la «número dos» socialista estaba dando pie a la crítica que formuló en voz alta, al día siguiente, el exministro José Luis Corcuera, y que en privado comparten varios exdirigentes socialistas y actuales cuadros del partido.

Corcuera aprovechó para decir que la reforma constitucional que propone el PSOE para convertir España en un Estado federal «es solo una palabra inventada para salir de un atolladero que nosotros no hemos inventado». A su juicio, «sería conveniente que el PSOE, mi partido, tuviera clarísima la idea de que, con el Estado Español, ningún subterfugio ni bromas».

El exministro se encontraba entre el público asistente al coloquio del expresidente del PSOE Manuel Chaves y el primer secretario del PSC, Pere Navarro -«El socialismo en España. ¿Camino de rosas?»- y tomó el micrófono para preguntarse: «¿Qué es eso del derecho a decidir?, ¿qué es eso del Estado federal? (...) que se quiere cargar la Constitución. Dice el portavoz del Ejecutivo catalán, Francesc Homs, que hará la consulta, y le llamamos demócrata de toda la vida, y a quienes dicen que esto se arregla con Rajoy, qué le decimos? ¿Esto es una broma?». José Luis Corcuera fue contestado en directo por Chaves, y por una catarata de miembros de la Dirección, que le recordaron que el PSOE es «federal».

ABC ha preguntado a cinco personalidades: el alcalde de Toledo y secretario general de Castilla-La Mancha Emiliano García-Page; el alcalde de Zaragoza y exministro Juan Alberto Belloch; el alcalde de Tarragona y dirigente del PSC José Félix Ballesteros; el expresidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina, y el exalcalde de La Coruña y exembajador ante la Santa Sede Francisco Vázquez. Todos opinan sobre las dudas del modelo territorial.

Las 3 preguntas de ABC

1. ¿Qué le parece que el PSOE no quiera «líneas rojas» previas en el debate de la reforma constitucional, para no tapar el debate de la autodeterminación?

2. ¿Cree que el PSOE debe frenar la deriva en la que se está incurriendo por su relación con el PSC?

3. ¿Considera que el PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba está dilapidando la E de España y poniendo en riesgo su propio liderazgo?

Joaquín Leguina

1. «El proyecto “Federalismo asimétrico”, pues de eso se trata, fue el nombre que le dio Maragall a su invento. Fracasó en las urnas (sólo votaron a favor poco más del 30% de los catalanes con derecho a voto) y fracasó jurídicamente (el TC echó abajo los seis pilares competenciales en los que se asentaba)… y ahora la dirección del PSOE vuelve, como la burra, al trigo pretendiendo -nada menos- que cambiar la Constitución para que aquellas peregrinas ideas quepan en ella».

2. «La deriva identitaria maragalliana le ha hecho perder al PSC en las elecciones autonómicas el 57% de los votos que tenía en 1999 y el 62% de los escaños. Una deriva suicida en la cual el PSOE no debería participar y, sin embargo, todo este rollo del “federalismo” no pretende otra sino evitar que el PSC se “enfade”. Un PSC en caída libre ideológica y electoralmente».

3. «Lo único sensato que ha de hacer el PSOE frente al “contencioso catalán” es poner pie en pared y dejar claro que quien entre en ilegalidad -como en el Infierno de Dante- debe perder toda esperanza. No veo a Rubalcaba -a ningún socialista de verdad- defendiendo la autodeterminación; ni en Cataluña ni en ningún otro sitio».

Francisco Vázquez

1. «Yo soy totalmente contrario a la reforma de la Constitución y, desde luego, a que se trate de imponer soluciones no previstas en la propia Constitución, como se plantea desde partidos del ámbito catalanista, de convocar un referéndum y de inventar un supuesto derecho a la autodeterminación. Por tanto, no comparto para nada, tajantemente, las últimas posiciones del Partido Socialista Obrero Español. Y, como yo, muchos miembros del partido y votantes, que están desconcertados y decepcionados de que, en un momento tan importante, el PSOE quiebre su línea histórica y su compromiso constitucional para hablar de estados federales».

2. «Claramente, debemos romper todo tipo de relación con el PSC porque el PSOE no tiene nada que ver con un partido nacionalista. Ha llegado el momento de presentarnos con nuestras siglas, como exigen cientos de miles de votantes en Cataluña».

3. «Ya no es un problema de liderazgos, sino de la deslegitimación de la actuación de una dirección del partido que se arrastra desde la derrota sufrida en las elecciones generales. Quienes han sido responsables de esa derrota se mantienen y dicen que van a pilotar el cambio, pero el cambio tiene que ser de personas, no de la tradición histórica del PSOE».

José F. Ballesteros

1. «Es la opción más sensata y la única viable. El aumento del sentimiento independentista en Cataluña no es una ocurrencia de cuatro políticos ambiciosos. Hay una mayoría de catalanes que cree llegado el momento de revisar de manera profunda las relaciones con el resto de España. Negar esa evidencia y practicar la técnica del avestruz, hoy en día, no es solución; ni el inmovilismo ni la ruptura. Queremos mejorar nuestra convivencia. Y la mejor manera de hacerlo en Estados plurinacionales como España es a través de una estructura de tipo federal».

2. «El PSC no se ha embarcado en ninguna «deriva». La alternativa no puede plantearse en términos de romper o quedarnos como estamos. Hay que introducir racionalidad en un debate que se está planteando en términos emocionales y de rechazo de plano a los argumentos del contrario. La defensa de una reforma de la Constitución en clave federal tiene su arraigo en buena parte del pensamiento progresista. ¡Si hasta lo defienden Esperanza Aguirre, Antonio Garrigues o Miguel Herrero de Miñón!».

3. «Rubalcaba ha optado por la opción más inteligente y también por la más valiente. La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut marca un punto de inflexión que nos ha llevado hasta aquí. Es necesario recordar que se trata de un Estatut aprobado con el 90% de los votos en el Parlamento de Cataluña».

Juan Alberto Belloch

1. «La actual Constitución se aprobó con un amplio consenso político y ciudadano. Cualquier cambio que se plantee debe contar con los mismos apoyos. Si se logra iniciar un proceso de diálogo entre todas las fuerzas políticas para actualizar la Constitución Española, no es conveniente que haya muchos apriorismos (líneas rojas) que delimiten el debate hasta hacerlo imposible. Pero alguna línea roja sí tiene que haber en ese debate: una línea roja indudable es la unidad de España, a la que no podemos renunciar».

2. «El proyecto socialista debe hacer compatibles los objetivos para toda España con las propuestas para Cataluña. Esa es la dirección que deben trabajar el PSOE y el PSC. Tal como van las cosas en estos momentos, no es imposible (aunque no es deseable) que el PSOE tenga que presentarse a las futuras elecciones en Cataluña con su propia marca. Es cierto que dividir el socialismo catalán equivale a serias derrotas electorales para todos; pero aceptar, por ejemplo, el derecho a decidir sería más catastrófico para el partido y para España: podría significar que el PSOE se convirtiera para muchas décadas en un partido marginal ».

3. «En estos momentos el paro y la integración de Cataluña en España son los dos problemas más graves y urgentes que se deben afrontar tanto por el Gobierno como por la oposición. Lo que está haciendo Alfredo Pérez Rubalcaba son equilibrios malabares para mantener unido al socialismo español en todos los territorios. ¡Ojalá lo logre! Pero no es descartable que, de manejar tantos platos, alguno termine cayéndose al suelo y rompiéndose».

Emiliano García-Page

1 . «Una cosa es el debate que pueda haber en el Parlamento de la nación sobre la posibilidad o no de darle un encaje, que hoy no tiene, al derecho de autodeterminación, en el marco de una reforma constitucional, y otra cosa bien distinta que el PSOE tiene una línea divisoria muy clara en lo que respecta a esta cuestión: sólo defiende una posibilidad en esta materia del derecho a decidir, que es el derecho a decidir de todos los ciudadanos de España. Eso es una biblia, y eso es lo que está diciendo el PSOE».

2. «Creo que el PSOE debe dialogar mucho, muchas horas, con el PSC para que vuelva a jugar el papel que jugó en el pasado: ser nexo de unión entre la Cataluña catalanista y la España incluyente que no hace anticatalanismo. Hay mucho por hacer. Se están depurando muchas aguas dentro del PSC y yo soy razonablemente optimista sobre el objetivo de conseguir un PSC plenamente cooperador con el proyecto de la España incluyente que representa el PSOE. Si Cataluña ha estado más o menos cómoda durante estos 35 años en España y si ha funcionado el Estado de las Autonomías en este tiempo, ha sido también por ese papel del PSC y por ese modelo de relación entre el socialismo español y el socialismo catalán».

3. «Alfredo Pérez Rubalcaba está haciendo un esfuerzo por plantear cuál es la nueva situación, la nueva realidad, para tratar de darle una solución constitucional. Pero Rubalcaba no plantea remover los cimientos de la Constitución Española, sino buscar un nuevo consenso de todas las formaciones, siempre subordinado al consenso con el PP. Una formulación federal no es ajena al Estado de las autonomías. No creo en soluciones unilaterales, sino en aquellas que se den entre los dos grandes partidos, PSOE y PP, que luego podrán contar con los demás. La Constitución de 1978 fue y es un éxito por el amplio respaldo político con el que nació. La Reforma de la Constitución de 1978 debe tener ese mismo apoyo político».

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