Las acusaciones del «falso shaolín» creen que hay más mujeres desaparecidas

Blanca Estrella Ruiz, presidenta de «Clara Campoamor», asociación que ejerce la acción popular, cree «impensable» que Aguilar cometiera solamente estos dos crímenes y no perpetrara actos similares en ocasiones anteriores. Por eso, considera que puede haber víctimas que hayan intentado ser «secuestradas» y hayan escapado, o mujeres desaparecidas cuyas familias no se hayan atrevido a denunciarlo, al tratarse de inmigrantes en situación de vulnerabilidad.

«Pedimos a amigas y compañeras que aporten todo lo que puedan, que ayuden a la asociacion y a la Fiscalía en la instrucción y a la acusación, y quien tenga información, sobre todo familiares, a los que les haya desaparecido las hijas o las hermanas, que nos lo cuenten, que nos den su opinión, a ver qué posibilidades hay. Ojalá no las haya, pero puede haber otras víctimas », ha aseverado.

Conocedora de que la calle Iturriza no es la única en la que ha vivido el «falso Shaolín» , ha apuntado que investigarán si en las zonas en las que ha vivido con anterioridad puede haber habido «desapariciones de esta tipología de víctimas». «Es impensable que dos días lo haya hecho y no lo haya hecho otros días. Tiene que haber mujeres que han podido ser víctimas y que se hayan salvado, o familiares o allegados a los que les han desaparecido personas», ha indicado.

En este sentido, ha considerado que pueda haber gente que «ha tenido algún roce o algún problema» con Juan Carlos Aguilar «y lo han callado por miedo ». Ruiz ha emplazado a dejar a un lado «el temor» porque «el falso monje shaolín» está en prisión «a buen recaudo y lo seguirá estando, en lo que respecta a la asociación, durante muchos, muchos años» porque le acusarán «de dos asesinatos, secuestros y torturas».

Sin garantías de reinserción

Además, ha señalado que tratarán de que, a lo largo del cumplimiento de la condena, no logre acceder a beneficios penitenciarios porque «la reinserción es para quien se arrepiente y da garantía de que nunca más lo va a volver a hacer». «Y yo, en este elemento, veo muy pocas garantías», ha apuntado, para afirmar que «no está arrepentido».

A su juicio, Juan Carlos Aguilar se enmarca en «la tipología de asesino, violador y torturador que no da garantías para obtener privilegios », y le ha comparado con Pedro Luis Gallego , el llamado «violador del ascensor» , condenado por el asesinato de Marta Obregón y Leticia Lebrato; o con J ose María Real López , asesino de Maruchi Rivas. Blanca Estrella Ruiz ha «Tiene que reconocer lo que ha hecho, arrepentirse y pedir perdón a las víctimas» destacado que éstos piensan que «las mujeres y las niñas están para ellos, para su uso personal y ellos no han hecho más que ser hombres».

A su entender, «es gente que no avanza», pese a llevan muchos años en prisión. Por ello, ha insistido en que, para reinsertarse, el preso «tiene que reconocer, primero, lo que ha hecho; segundo, arrepentirse; y tercero, pedir perdón a las víctimas ». «Y todos estos son de la tipología de los que no lo hacen», ha añadido.

La presidenta de Clara Campoamor ha dicho a los familiares de las víctimas que confíen en las instituciones vascas, «que están con ellas», y en la asociación, que ha llevado numerosos casos de mujeres y niñas asesinadas, violadas o maltratadas, porque no las abandonarán «ni ahora ni cuando pasen 20 años y este tipo esté pidiendo permisos y beneficios».

El objetivo es «llegar hasta el final»

Blanca Estrella Ruiz ha destacado que la asociación y la Fiscalía trabajan de forma conjunta, y ha agredecido «la implicación» del ministerio público. «Creo que la unidad de las acusaciones es importante», ha indicado.

Asimismo, ha reiterado que la pretensión de Clara Campoamor es «llegar hasta el final» y no sólo «quedarse con estos dos asesinatos terribles, porque nos parece que es insuficiente». Tras alabar la labor que está desarrollando la Ertzaintza en este caso, ha agradecido a Emakunde el apoyo que ha dado a las familias de las dos jóvenes supuestamente asesinadas.

Jenny Sofía Revollo, natural de Colombia, fue descuartizada supuestamente por el «falso maestro shaolín», mientras que Mareen Ada Otuya falleció en el Hospital de Basurto, después de que el pasado 2 de junio, tras el aviso de una mujer, fuera localizada dentro del gimnasio «ZEN4», en el momento en el que Juan Carlos Aguilar –que regentaba el local– la golpeaba salvajemente, tras haberla atado a una silla. Los agentes detuvieron a Aguilar, y Ada fue trasladada en estado de coma al centro hospitalario, donde falleció el 5 de junio.