sucesos
La investigación no halla más víctimas del falso «shaolín»
La Ertzaintza sigue sin poder descifrar abundante información encriptada en la media docena de equipos informáticos de Juan Carlos Aguilar

La instrucción del caso del falso monje «shaolín» Juan Carlos Aguilar , presunto autor del asesinato de dos mujeres en Bilbao, no ha hallado hasta el momento «ningún indicio» de que pueda haber otras víctimas. Así consta en el expediente al que han tenido acceso las partes y después de que la jueza ordenara el levantamiento del secreto de sumario la pasada semana , al cumplirse el mes de plazo previsto para esta medida. Los investigadores, sin embargo, están aún detrás del abundante material informático requisado al presunto asesino, por si pudiera aportar más datos esclarecedores del brutal crimen contra la colombiana Jenny Sofía Revollo (40 años) y la colombiana Ada Otuya (29).
Aguilar mantenía encriptadas las claves de acceso a ciertos equipos informáticos, que rondan la media docena, entre torres de PC, tabletas y ordenadores portátiles. Agentes de la Ertzaintza habrían pedido de oficio poder hablar con el imputado, en prisión desde el pasado 5 de junio, según fuentes consultadas por este diario.
El resto de las chicas, localizadas
La Ertzaintza se incautó, durante el rastreo de su domicilio de la capital vizcaína, de varias cámaras de vídeo y foto, tarjetas de memoria y «pen drives» donde Aguilar amontonó centenares de imágenes con chicas , casi todas prostitutas y de origen extranjero, con las que se retrató en escenas sexuales violentas. Llama la atención los retratos de varias chicas que aparecen tumbadas con los ojos cerrados, como inconscientes. Una de ellas es Jenny Sofía, de la que guardó toda una serie de imágenes, viva y muerta. Aguilar la descuartizó en el gimnasio de Bilbao, contiguo a la Gran Vía, donde llevaba a las mujeres y donde la Ertzaintza halló a Ada Otuya semimuerta, los restos de Jenny Sofía y un trípode y cámara de grabar. Aparte de las dos víctimas mortales, las otras personas habrían sido identificadas y contactadas para constatar que se encuentran bien .
La abogada Maite Iturrate de la asociación Clara Campoamor, que ejercerá de acusación popular, asegura que tras estudiar el sumario que se eleva ya a 500 folios y visionar la documentación incautada, procederán a pedir todas las pruebas existentes –de restos biológicos, adn, llamadas telefónicas, etc- para determinar si Aguilar pudo incurrir en otros «delitos» con las mujeres afectadas . Asegura, en todo caso, que el procedimiento «llevará mucho tiempo», empezando por la toma de declaración en sede judicial. Se da la circunstancia de que la defensa ha pedido anular la testificación de dos mujeres, que podrían haber sido pareja de Aguilar, al no habérsele ofrecido su derecho a guardar silencio o a no declarar en contra de su compañero.
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